Una mujer cansada y frustrada con la cabeza entre las manos ilustra por qué la fuerza de voluntad no funciona

¿Por qué la fuerza de voluntad parece fallarnos tan a menudo? ¿Existe una forma mejor de alcanzar nuestros objetivos?

Benjamin Hardy cuestiona la creencia común de que la fuerza de voluntad es la clave del éxito. Propone que nuestro entorno desempeña un papel crucial en la configuración de nuestro comportamiento y nuestros resultados. En lugar de confiar únicamente en la fuerza de voluntad, Hardy sugiere diseñar nuestro entorno para que apoye nuestros objetivos.

Descubra por qué la fuerza de voluntad no funciona y aprenda por qué determinados entornos pueden conducirle de forma natural al éxito.

Por qué no funciona la fuerza de voluntad

Hardy empieza explicando que mucha gente considera la fuerza de voluntad como un músculo: cuanto más se usa, más se fortalece. Por lo tanto, creen que la forma de lograr cualquier cosa -desde conseguir el trabajo de tus sueños hasta perder peso o superar una adicción- es trabajar duro y seguir entrenando la disciplina. Además, la principal razón que aduce la gente para no alcanzar sus objetivos es la falta de fuerza de voluntad. Pero Hardy cuestiona esta idea y explica por qué la fuerza de voluntad no funciona.

(Nota breve: Hardy habla largo y tendido de la fuerza de voluntad, pero nunca la define explícitamente. La fuerza de voluntad es la capacidad de controlarse a uno mismo, de elegir un curso de acción y seguirlo, aunque sea difícil o desagradable. Por ejemplo, seguir una dieta suele considerarse un acto de fuerza de voluntad, al igual que esforzarse en un trabajo estresante. Determinación, disciplina y autocontrol son sinónimos comunes de fuerza de voluntad).

Hardy afirma que la fuerza de voluntad es en realidad un "músculo" muy débil; por mucho que te esfuerces, tiene un límite. Además, la vida moderna garantiza que la fuerza de voluntad se agote permanentemente. Cada día, desde el momento en que te levantas, te bombardean con decisiones: qué ponerte, qué comer, qué ver o escuchar mientras te preparas, etcétera. También luchas constantemente contra innumerables tentaciones, como las redes sociales que te hacen perder el tiempo y los juegos del smartphone, la comida basura, el alcohol y otras drogas, por nombrar solo algunas. 

En resumen, intentar crear la vida que deseas mediante pura fuerza de voluntad es casi seguro que fracasará, y no es culpa tuya.

(Nota breve: Muchos expertos en salud mental -incluido el propio Hardy- están de acuerdo en que la fuerza de voluntad puede aprenderse y reforzarse con la práctica. En lo que Hardy difiere de sus colegas es en su argumento de que la fuerza de voluntad es limitada. La creencia más común es que la fuerza de voluntad no tiene límites, lo que significa que las personas pueden mantener el control independientemente de la situación en la que se encuentren o de lo mentalmente agotadas que estén. Para ampliar la idea de que "la fuerza de voluntad es como un músculo", Hardy está diciendo que la fuerza de voluntad es en realidad como los músculos de tu dedo meñique: puedes fortalecer esos músculos hasta cierto punto con los ejercicios adecuados, pero por mucho que entrenes, nunca serás capaz de levantar pesos pesados sólo con el meñique). 

La solución: Diseñar entornos que te obliguen a triunfar

Si no puedes confiar en la fuerza de voluntad, ¿cómo conseguirás tus objetivos

Según Hardy, la clave está en crear un entorno que te obligue a convertirte en la persona que quieres ser. Este es el mejor enfoque porque, aunque los humanos no tenemos tanta fuerza de voluntad como nos gusta pensar, somos excelentes adaptándonos a nuestro entorno. También somos excepcionalmente buenos cambiando nuestro entorno, adaptándolo a nuestras necesidades. Por lo tanto, Hardy dice que se puede lograr cualquier cosa utilizando estas dos fuerzas naturales en tándem. 

En resumen, puedes adaptar intencionadamente tu entorno de forma que, a su vez, te obligue a adaptarte. Por poner un ejemplo sencillo, puedes dejar el cargador del móvil en el trabajo. Esta táctica limitaría estrictamente el tiempo que pasas con el móvil en casa, sin necesidad de fuerza de voluntad por tu parte; la batería de tu móvil pondría un límite duro a cuánto puedes usarlo.

(Nota breve: La idea de que la fuerza de voluntad es poco fiable va en contra de la creencia popular de que se puede conseguir cualquier cosa con disciplina y determinación. Sin embargo, otras teorías recientes son incluso más extremas: por ejemplo, el neurólogo Robert Sapolsky cree que la fuerza de voluntad ni siquiera existe. Según Sapolsky, el libre albedrío -que incluye la fuerza de voluntad- es una ilusión, y cualquier acción es el resultado de innumerables influencias genéticas y ambientales que confluyen en un resultado único e inevitable. Sin embargo, tanto si Sapolsky como Hardy tienen razón sobre este tema, la conclusión es la misma: deja de confiar en la fuerza de voluntad y, en su lugar, rediseña tu entorno para que te empuje hacia la vida que deseas). 

Crear un entorno de trabajo y un entorno de descanso

Hardy añade que, en realidad, lo mejor es crearse dos entornos distintos: uno para trabajar y otro para descansar. Esto es importante porque te costará ser productivo en un lugar que asocies con el descanso y la relajación, como el dormitorio o el salón. Entrar en esos lugares indica a tu cerebro que es hora de relajarse y desconectar, y forzarte a ser productivo en esas circunstancias requiere mucha fuerza de voluntad.

Lo contrario también es cierto, lo que significa que no descansará con la misma eficacia en un lugar que asocia con el trabajo y el estrés. Por eso, Hardy no recomienda trabajar desde casa: El desajuste entre tu entorno (un lugar que utilizas para trabajar) y tu objetivo (dejar de pensar en el trabajo para poder descansar) te distraerá, por lo que no podrás disfrutar plenamente de tu tiempo de descanso.

(Nota breve: La fuerza de voluntad no funciona se publicó por primera vez en 2018, poco antes de que la pandemia de Covid-19 obligara a millones de personas de todo el mundo a empezar a trabajar a distancia. Desde entonces, los estudios han encontrado -contrariamente a lo que escribe Hardy- que las personas son significativamente más felices cuando trabajan desde casa. La investigación sobre la productividad es menos clara: algunos estudios han descubierto que las personas son más productivas cuando trabajan a distancia, mientras que otros han descubierto lo contrario. Los debates en curso sobre las metodologías de esos estudios -así como el debate sobre lo que significa realmente "productividad"- sugieren que un consenso claro sobre ese tema podría estar aún muy lejos).

Por qué la fuerza de voluntad no funciona y qué sí (Benjamin Hardy)

Elizabeth Whitworth

Elizabeth lleva toda la vida enamorada de los libros. Devora libros de no ficción, sobre todo de historia, teología y filosofía. El cambio a los audiolibros ha avivado su gusto por la ficción bien narrada, sobre todo la victoriana y la de principios del siglo XX. Aprecia los libros de ideas y, de vez en cuando, los clásicos de misterio y asesinato. Elizabeth tiene un blog y está escribiendo un libro sobre el principio y el fin del sufrimiento.

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