¿Por qué es importante el dolor en la vida? ¿Puede el dolor ser un sentimiento soportable?
Phil Stutz y Barry Michels explican que nuestra evitación natural del dolor -emocional o físico- nos impide salir de nuestra zona de confort y aprovechar las oportunidades que conducen a una vida plena. Por ejemplo, si temes el dolor inevitable de perder una mascota, te privas de una relación significativa.
Descubre tres razones por las que el dolor puede ser bueno.
Razón 1: Aceptar el dolor lo hace soportable; huir lo empeora
Phil Stutz y Barry Michels explican por qué es importante el dolor en su libro Las herramientas. Evitar la incomodidad de una situación difícil no sólo permite que el problema te atormente durante más tiempo, sino que te hace perder tiempo y energía que podrías dedicar a superarlo y seguir adelante. En cambio, aceptar los problemas te pone en sintonía con el poder natural y universal del impulso positivo: un movimiento hacia adelante que te mantiene en movimiento. Cuando perseveras ante los retos en lugar de huir del dolor que pueden causarte, también creas un impulso positivo al demostrarte a ti mismo que eres capaz de superarlos. Esto aumenta tu confianza, lo que te ayuda a aceptar más fácilmente la incomodidad de futuros retos.
Evitar la incomodidad puede empeorar tus miedos Evitar situaciones incómodas también altera tu vida porque refuerza y amplifica aún más tus miedos. Es posible que empiece a establecer asociaciones inconscientes entre lo que teme y otras cosas que le resultan similares, lo que hace que su miedo original se expanda y que evite cosas nuevas. Por ejemplo, digamos que temes no ser lo bastante bueno para un ascenso en el trabajo, por lo que evitas oportunidades que podrían llevarte a progresar. El hecho de evitar estas oportunidades le convence aún más de que no es lo bastante bueno para ascender. Este comportamiento en espiral puede hacer que evite oportunidades para rendir bien y empeorar sus sentimientos de inadecuación hasta que abandone el trabajo por completo. Afrontar tus miedos voluntariamente puede resultar incómodo en el presente, pero reducirá tu estrés a largo plazo. Los psicólogos ponen en práctica esta idea con la terapia de exposición, en la que te expones gradualmente a versiones cada vez más intensas de tu miedo. A medida que progresas, tus asociaciones temerosas con lo que estás evitando se desvanecerán y mejorará tu confianza. A medida que aumente tu confianza, podrás enfrentarte a desencadenantes más intensos. En otras palabras, la terapia de exposición puede ayudarte a iniciar y mantener el impulso positivo que describen Stutz y Michels. |
Razón 2: La perseverancia da sentido al sufrimiento
Los autores señalan a Victor Frankl, superviviente de los campos de concentración nazis, como ejemplo de cómo se puede ver la pérdida y el sufrimiento como oportunidades para crecer espiritualmente. Aunque Frankl perdió a todos sus seres queridos y su riqueza material, conservó su integridad y su espíritu para seguir adelante. Dice que si no lo hubiera hecho, habría sucumbido al sufrimiento que experimentó.
¿Podemos encontrar sentido a todas las formas de sufrimiento? En su libro, El hombre en busca de sentidoVictor Frankl identifica tres formas de sufrimiento y ofrece las correspondientes estrategias para encontrar sentido a cada una de ellas. Sostiene que, si encontramos sentido a nuestro sufrimiento, podremos afrontarlo mejor. Stutz y Michels destacan el primer tipo de sufrimiento del que habla Frankl: el dolor. Para superar el dolor, Frankl sugiere replantearlo como una oportunidad de triunfo personal. Por ejemplo, digamos que padeces una enfermedad crónica que no es evidente para los demás. En lugar de conceptualizarla como un sufrimiento inútil, concéntrate en cómo te hace consciente del hecho de que muchas otras personas como tú soportan el dolor en privado. De este modo, tu dolor puede ayudarte a ser más comprensivo y empático con los demás. La segunda forma de sufrimiento que describe Frankl es la culpa. Dice que, para superar el sentimiento de culpa, debes reconocer qué te hace sentir culpable y aprender de ello. Por ejemplo, si te sientes culpable por haber excluido a tus hermanos pequeños de actividades divertidas mientras crecías, podrías aprender de ese sentimiento de culpa y decidir hacer que tus hermanos se sientan bienvenidos a pasar el rato contigo en el presente. La tercera forma de sufrimiento que describe Frankl es la muerte. Sostiene que podemos dar sentido a la muerte viéndola como un recordatorio de que la vida es limitada y no debemos darla por sentada. Así, la muerte puede impulsarnos a vivir una vida con sentido que podamos recordar y de la que nos sintamos satisfechos cuando se nos acabe el tiempo. |
Razón 3: Aceptar el dolor te permite perseguir tu propósito
Los autores explican que cuando no te disuade la incomodidad inherente a las búsquedas significativas, puedes perseguirlas sin reservas y vivir una vida más plena. Por ejemplo, si eres una persona romántica que tiene demasiado miedo de invitar a alguien a salir porque teme el dolor del rechazo, superar este miedo te permitirá expresar y recibir el amor romántico que te llenará.
(Nota breve: La idea de que la incomodidad es inherente a la creación de sentido es coherente con la Regla 7 del libro de Jordan Peterson 12 reglas para la vidade Jordan Peterson, según la cual debes intentar reducir el sufrimiento innecesario de los demás y salir de tu zona de confort para vivir con más sentido. Por ejemplo, reducir el sufrimiento innecesario puede significar tener una conversación incómoda con alguien a quien le vendría bien el perdón. Aunque sea incómodo, Peterson sostiene que esta filosofía conduce a un mayor aprendizaje, a una mayor satisfacción con tu vida y, en última instancia, a una vida más significativa).