Este artículo es un extracto de la guía del libro de Shortform "Autocompasión" de Kristin Neff. Shortform ofrece los mejores resúmenes y análisis de libros que deberías leer.
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¿Por qué es difícil la autocompasión? ¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos?
En Autocompasión, Kristin Neff afirma que, a pesar de la importancia y los beneficios de la autocompasión, muchas personas se pasan la vida criticándose y juzgándose. Esto sucede porque estamos condicionados a compararnos con los demás y porque los hijos de padres críticos suelen convertirse en adultos autocríticos.
Más información sobre por qué a algunas personas les resulta difícil practicar la autocompasión.
Razón 1: La gente está predispuesta a compararse con los demás
¿Por qué es difícil la autocompasión? Neff dice que una de las razones es que el modo de funcionamiento por defecto de los humanos es engreírnos o destruirnos porque tenemos una necesidad primaria de encajar en grupos sociales jerárquicos, que nos mantienen a salvo y nos proporcionan recursos como protección y comida. Intentamos que nos acepten en esos grupos demostrando que tenemos éxito (que caemos bien y merecemos que nos incluyan) o que somos sumisos (que estamos dispuestos a hacer lo que haga falta para que nos incluyan). Como resultado, nos comparamos constantemente con los demás para demostrar nuestro dominio sobre ellos o nuestra voluntad de sublimarnos a ellos.
Cómo le va cuando compara
Según la teoría de la comparación social, sentir curiosidad por saber cómo nos va en relación con los demás es una tendencia natural. Utilizamos las comparaciones para intentar comprender nuestro lugar en el mundo. Los investigadores coinciden con Neff en que la gente hace dos tipos de comparaciones y las denominan "ascendentes" y "descendentes" (la primera se centra en compararse con alguien que uno cree que está mejor que uno, la segunda con alguien que uno cree que está peor).
Además, ofrecen información más detallada sobre los motivos que le llevan a realizar una comparación ascendente o descendente. Puedes hacer una comparación ascendente cuando busques inspiración o esperanza, como medio para descubrir cómo mejorar tus circunstancias y superar obstáculos. Por el contrario, puedes hacer una comparación descendente cuando tu autoestima se vea amenazada. En ambos casos, corres el riesgo de pasar por alto el sufrimiento de las personas con las que te comparas.
Pero los investigadores afirman que las comparaciones también tienen sus ventajas si se plantean con cuidado. Por ejemplo, si eres consciente de tu humanidad común, comparar tu situación con la de personas que crees menos afortunadas puede inspirarte una compasión más profunda. Cuando se hacen comparaciones al alza, recordar que todo el mundo sufre puede ayudar a moderar los sentimientos de envidia.
Razón 2: Los hijos de padres críticos se convierten en adultos autocríticos
Neff afirma que las investigaciones demuestran que los hijos de padres críticos son más propensos a criticarse a sí mismos cuando son adultos. Los niños que interiorizan las críticas de sus padres creen que son malos, defectuosos e indignos de ser aceptados por lo que realmente son, y que para recibir el amor de sus padres tienen que ser lo que sus padres quieren que sean: Perfectos. Esto les hace creer que la "perfección" es un objetivo legítimo y alcanzable, lo cual es una receta para el fracaso y el rechazo.
(Nota breve: La crítica de los padres no sólo puede llevar a los niños a la autocrítica, sino que puede alterar sus respuestas neuronales a la recompensa y el castigo. Las investigaciones demuestran que las críticas manifiestas magnifican la reactividad de los niños ante las pérdidas y limitan su reactividad ante las ganancias, lo que les prepara para problemas de autoestima a más largo plazo que pueden durar hasta la edad adulta).
Neff afirma que, para atenuar el golpe que supone ser criticado por sus padres, muchos niños aprenden a criticarse a sí mismos antes de que les ganen la partida. Cuando los niños que se autocritican constantemente crecen, suelen socavar inadvertidamente sus esfuerzos por acercarse a los demás y recibir su apoyo buscando relaciones con personas que validen su autoevaluación negativa. Esto se debe a que la sensación familiar que les produce el hecho de que alguien les confirme que son tan inútiles como creen que son les crea una sensación de estabilidad.
Neff afirma que cuando uno critica y juzga su sufrimiento en lugar de mostrarse compasivo consigo mismo, se cierra y desconecta de los demás, lo que le aleja de la experiencia humana y le convierte en una solitaria isla de miseria. La autocrítica lleva a las personas a sentirse inadecuadas, inferiores, avergonzadas y aisladas, lo que puede manifestarse en comportamientos perjudiciales como el abuso de alcohol y drogas, las autolesiones y los intentos de suicidio.
El antídoto contra la inseguridad, la ansiedad y la desesperanza que produce la autocrítica es reconocer tus valoraciones negativas. Para ello, muéstrate compasivo contigo mismo: Acepta que tu sufrimiento es real y válido, consuélate suavemente para hacer frente a tu dolor y reconoce que tus imperfecciones -que forman parte de la experiencia humana- son el punto de conexión que te une a toda la humanidad.
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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Autocompasión:
- Prácticas clave, beneficios y obstáculos de la autocompasión
- Cómo la autocompasión puede mejorar sus relaciones con los demás
- Los dos mayores obstáculos para la autocompasión y cómo superarlos