¿Por qué es mala la procrastinación? ¿Cómo afecta la procrastinación a la salud física?
Timothy A. Pychyl sostiene que es importante ser consciente de las formas concretas en que el hábito de procrastinar juega en tu contra. Al fin y al cabo, la procrastinación te impide hacer el mejor uso posible de tu limitado tiempo, y esto puede tener una cascada de consecuencias.
A continuación, analizaremos tres formas en las que la procrastinación puede sabotearte.
1. 1. Reduce tu capacidad para hacer las cosas
Una de las razones por las que procrastinar es malo es que obstaculiza tu capacidad de hacer y ser lo mejor que puedas. Pychyl advierte de que cuando te dejas llevar por la procrastinación y retrasas las tareas que tu pareja, tu jefe o tus amigos esperan de ti, no pones todo tu empeño en cumplir con tus obligaciones. Advierte de que es fácil decepcionarse a uno mismo o a otra persona y arrepentirse después.
Pychyl argumenta que si no eres capaz de encontrar tiempo para hacer las cosas que dijiste que harías, la procrastinación puede minar tus relaciones con las personas que más te importan. También puede hacer que te arrepientas de haberte perdido cosas que siempre quisiste hacer pero nunca llegaste a hacer, como ese viaje del que siempre hablaste con tu pareja.
Cuando sigues posponiendo una tarea, puedes encontrarte en la recta final antes de la fecha límite con poco tiempo para hacer un buen trabajo. Pychyl explica que la procrastinación suele reducir la calidad del trabajo final. Esto puede parecer una compensación aceptable porque también parece reducir lo que está en juego. (Si haces un buen trabajo, consigues rendir bien aunque trabajes en el último minuto. Y si haces un mal trabajo, puedes simplemente atribuirlo a la falta de tiempo para completar la tarea, y seguir adelante). Pero no importa cómo te justifiques, la procrastinación sigue impidiéndote hacer tu mejor trabajo.
2. Provoca más sentimientos negativos, no menos
Tal vez recuerdes de la sección anterior que el deseo de evitar emociones negativas suele impulsar la procrastinación. Pychyl advierte de que esto rara vez funciona como esperamos: Procrastinar no te hace sentir más feliz, ni siquiera en el momento. Explica que cuando sabes que deberías estar trabajando en una tarea que has aplazado, probablemente sientas emociones encontradas al respecto. Una de las más comunes es la culpa (que sientes cuando sabes que estás haciendo algo que entra en conflicto con tu sentido de lo que está bien o mal para ti).
Además, la dilación provoca una serie de emociones negativas más adelante, cuando hay que afrontar las consecuencias. Pychyl sostiene que aplazar una tarea suele provocar más emociones negativas que las que experimentaríamos si la hubiéramos empezado, por muy desagradable que fuera. Por ejemplo, como aprenden muchos estudiantes universitarios, si esperas a escribir un trabajo hasta la noche anterior a la fecha de entrega, pasarás la noche sintiéndote ansioso, agobiado o frenético, y al día siguiente te sentirás privado de sueño y arrepentido.
3. Afecta a la salud física
Las investigaciones también demuestran que la procrastinación puede tener un efecto perjudicial para la salud y el bienestar. ¿Cómo es posible? Pychyl explica que, en primer lugar, procrastinar provoca estrés. (Piensa en lo estresante que es escribir un trabajo la noche antes de entregarlo). Pero el estrés no es sólo una sensación: El estrés es una reacción psicológica, emocional y física a los retos que experimentas. Incluso cuando tú mismo creas una situación estresante al dejar para más tarde algo que deberías hacer ahora, ese estrés puede tener un impacto en tu cuerpo y, a veces, ese impacto puede perjudicar tu salud.
Según Pychyl, otra razón por la que la procrastinación afecta a la salud física es que, aunque aplazar algunas tareas desagradables puede parecer inofensivo, la procrastinación no es tan inocua cuando se trata de tareas relacionadas con la salud. Saltarse las sesiones de gimnasia, retrasar la fecha de inicio de unos hábitos alimentarios más saludables, retrasar la hora de acostarse, no encontrar tiempo para acudir a las citas con el médico y retrasar las revisiones médicas recomendadas impiden cuidarse lo mejor posible. A la larga, tu salud puede resentirse: Al fin y al cabo, a tu tensión arterial no le importa que siempre te propongas hacer más ejercicio o que tengas pensado empezar una nueva dieta el mes que viene.