Este artículo es un extracto de la guía del libro de Shortform "No me estás escuchando" de Kate Murphy. Shortform tiene los mejores resúmenes y análisis del mundo sobre los libros que deberías leer.
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¿Por qué la gente no escucha? Si escuchar es tan importante y beneficioso, ¿por qué la gente no lo hace?
Todo el mundo está de acuerdo en que escuchar es una habilidad fundamental. Pero muchas personas no saben escuchar. Cuando entiendas por qué la gente no escucha, estarás en mejores condiciones para sortear e incluso superar los obstáculos.
Siga leyendo para conocer los obstáculos más comunes para escuchar.
Por qué la gente no escucha
¿Por qué la gente no escucha? Murphy identifica cuatro barreras comunes para escuchar: la tecnología que distrae, la incomodidad, una cultura de egocentrismo y las suposiciones sobre los demás.
Barrera nº 1: tecnología que distrae
Murphy sostiene que la gente no escucha bien porque está distraída. Explica que la gente es propensa a las distracciones porque el cerebro humano piensa mucho más rápido de lo que la gente habla. Por tanto, es fácil aburrirse mientras alguien habla y centrarse en otra cosa.
Aunque escuchar sin distraerse puede ser difícil en circunstancias normales, Murphy sugiere que dos desarrollos recientes de la tecnología han agravado aún más este problema: el aumento del ruido de fondo y la tecnología diseñada para distraer.
1) El aumento del ruido de fondo rompe la concentración del oyente. Murphy sostiene que vivimos en medio de niveles de ruido de fondo más altos que nunca. En los espacios públicos y privados, la gente está acostumbrada a escuchar música o ver la televisión de fondo. Esto desvía la atención de las conversaciones.
2) La tecnología está diseñada para distraer. Murphy afirma que muchas empresas de software utilizan información sobre psicología y neurociencia para diseñar aplicaciones que son hiperestimulantes y adictivas. Esto distrae a la gente porque siempre está tentada de consultar sus aplicaciones. Además, estas aplicaciones condicionan el cerebro de las personas para que ansíen un mayor nivel de estimulación. Esto hace aún más difícil prestar atención, ya que las conversaciones normales no son tan estimulantes.
La ciencia detrás de la distracción Murphy identifica tres razones fundamentales por las que nos cuesta tanto distraernos: el aburrimiento, el ruido de fondo y la sobreestimulación. A continuación repasaremos los hallazgos científicos clave sobre cada uno de estos problemas y discutiremos cómo se relacionan con la interrupción de la atención. 1.Aburrimiento: Los psicólogos han definido el aburrimiento como una experiencia en la que 1) las personas tienen dificultades para prestar atención o participar en una actividad, 2) son conscientes de ello y 3) consideran que el entorno es responsable de su situación. El aburrimiento es tan angustioso para las personas que se relaciona con resultados adversos en la vida como ansiedad, depresión, atracones, abuso de drogas y alcohol y adicción al juego. Sin embargo, los investigadores sostienen que la forma en que las personas reaccionan ante el aburrimiento determina en qué medida distraerá su atención. Quienes encuentran formas de mantener la mente estimulada sin desviarse de la tarea pueden superar esta poderosa sensación. 2. Ruido de fondo: Por desgracia, es posible que no tengas mucho control sobre lo mucho que te distrae el ruido de fondo. Las investigaciones han demostrado que algunas personas son mucho más sensibles al ruido de fondo que otras, lo que puede ser genético. Las personas sensibles al ruido que se exponen con frecuencia a un ruido de fondo excesivamente alto también corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud como trastornos del sueño y enfermedades cardiacas. 3. Sobreestimulación por la tecnología: Hay opiniones encontradas sobre si la tecnología disminuye la capacidad de atención de las personas. Algunos profesionales de la salud mental afirman que los pacientes tienen dificultades para controlar su atención si se acostumbran demasiado a la gratificación inmediata de los medios electrónicos. Sin embargo, algunos estudios no han mostrado diferencias en la capacidad de atención entre los usuarios frecuentes e infrecuentes de las redes sociales, lo que sugiere que esta correlación puede ser exagerada. |
Barrera nº 2: Malestar
Murphy señala que a muchas personas les cuesta escuchar porque les resulta incómodo. Destaca dos formas distintas en las que escuchar incomoda a la gente: Les obliga a enfrentarse a silencios incómodos y les expone a puntos de vista que cuestionan sus creencias.
1) Silencios incómodos
Murphy explica que escuchar provoca malestar porque exige guardar silencio, y a muchas personas ese silencio les resulta angustioso. Por lo tanto, muchas personas intentan llenar el silencio hablando. La presión para evitar el silencio crea dos problemas para la escucha eficaz.
- Para evitar el silencio, los oyentes suelen pensar en cómo responderán cuando la otra persona termine de hablar en lugar de prestar atención.
- Los oyentes también se lanzan a hablar en cuanto notan que se acerca una pausa, haya terminado o no de hablar la otra persona. Esto impide que el orador termine sus ideas y comparta lo que tiene en mente.
(Nota breve: Es posible que los investigadores hayan descubierto por qué los silencios en las conversaciones pueden resultar tan incómodos. Los estudios demuestran que cuando las conversaciones fluyen con naturalidad, sin pausas incómodas, las personas tienen un mayor sentimiento de pertenencia, validación y autoestima. Por el contrario, cuando las pausas incómodas interrumpen la conversación, las personas temen la exclusión y la incompatibilidad. Por lo tanto, la gente puede ensayar sus respuestas e intervenir antes de tiempo porque teme la exclusión y la incompatibilidad. Sin embargo, al seguir adelante con la conversación en lugar de escuchar, en realidad pueden aumentar la probabilidad de una conversación incómoda e incompatible).
2) Opiniones que cuestionan sus creencias
Murphy afirma que escuchar también puede ser incómodo porque te expone a opiniones que cuestionan tus creencias. Citando investigaciones, afirma que enfrentarse a opiniones contrarias a las propias activa las mismas partes del cerebro que el peligro físico. Por eso, los oyentes pueden apartar la conversación de temas incómodos o evitar escuchar a determinadas personas. Esto lleva a la gente a escucharse menos en temas que les resultan incómodos.
(Nota breve: Para aliviar la incomodidad del debate político, los expertos en diálogo político recomiendan encontrar puntos en común con alguien antes de hablar de política. Sostienen que crear vínculos personales estrechos genera confianza, y la confianza permite a las personas escucharse cuando discrepan políticamente. Por tanto, si una conversación política posterior se vuelve acalorada, puedes recurrir a esa confianza compartida y al respeto mutuo).
Barrera nº 3: una cultura centrada en uno mismo
Murphy explica que la gente tampoco se escucha porque su cultura les anima a ser egocéntricos. La sociedad enseña que para pertenecer y merecer la atención de los demás, la gente tiene que demostrar su valía mostrándosela a los demás. Esto anima a la gente a hablar más de sí misma durante las conversaciones en lugar de escuchar a los demás.
Murphy señala que, paradójicamente, hablar de uno mismo todo el tiempo puede disminuir tu sentimiento de valía. Recordemos que escuchar a los demás crea un sentimiento de empatía y conexión. Muchas personas derivan su sentimiento de autoestima y pertenencia de estos sentimientos, pero si alguien siempre habla en lugar de escuchar, ese sentimiento esencial de conexión no puede producirse. Por lo tanto, al intentar demostrar su valía todo el tiempo, alguien puede sentir menos autoestima y pertenencia que si diera a los demás la oportunidad de hablar.
(Nota breve: de forma similar, los psicólogos han descubierto que las personas sobrestiman lo bien que se lo pasarán hablando de experiencias únicas que las distinguen y subestiman lo bien que se lo pasarán hablando de experiencias mundanas que tienen en común con los demás. En los estudios realizados, los participantes se sentían más satisfechos después de hablar de una experiencia mundana que todo el mundo compartía que después de hablar de una experiencia extraordinaria que sólo ellos habían tenido. Esto sucede porque los puntos en común conducen a experiencias más ricas de compromiso mutuo).
Barrera nº 4: hacer suposiciones
Murphy afirma que la gente tampoco escucha con eficacia porque se ha formado suposiciones sobre la persona que habla. Cuando uno se basa en sus suposiciones sobre los demás, siente menos curiosidad por saber quiénes son y qué tienen que decir. No hay necesidad de escuchar si ya sabes lo que van a decir. Por lo tanto, las suposiciones que los oyentes tienen sobre la persona que habla se convierten en un obstáculo para la escucha eficaz. Murphy identifica dos razones principales por las que la gente hace suposiciones: los estereotipos y la familiaridad personal.
- Los estereotipos se producen cuando alguien hace suposiciones sobre otra persona basándose en características externas o categorías sociales. Murphy señala un ejemplo moderno muy común: suponer que alguien tiene mala moral o carácter por el bando político al que pertenece.
- Paradójicamente, conocer a alguien muy bien puede hacer que le escuches menos. Esto ocurre porque cuando uno siente que ya conoce a alguien muy bien, siente menos curiosidad por esa persona y cree que tiene menos que aprender. Esta falta de curiosidad lleva a los oyentes a "desconectar" cuando alguien está hablando y, por tanto, a escuchar con menos eficacia.
Why We Tune Others Out-and How to Stop It Podemos superar el impacto negativo de nuestras suposiciones en la escucha si tenemos una idea más clara de por qué ocurre esto y qué recomiendan los expertos. La neurociencia ha arrojado luz sobre por qué somos tan propensos a no prestar atención a las cosas cuando creemos que las entendemos. Como la atención del cerebro es un recurso limitado, estamos predispuestos a gastarla en la información que más necesitamos para sobrevivir. Por lo tanto, nuestro cerebro busca de forma natural los cambios en nuestro entorno y las novedades que necesitamos procesar y comprender. Por eso la gente puede ignorar de forma natural el sonido de los ventiladores o los relojes. Sus cerebros no se fijan en esos sonidos porque son muy constantes. Hay un par de estrategias para ayudar a romper esta desconexión automática: Para superar los estereotipos, los expertos aconsejan educarse primero a uno mismo sobre los posibles estereotipos que pueda tener sobre los demás. También recomiendan individualizar a los demás, es decir, dar más importancia a sus rasgos individuales que a los del grupo. Por último, recomiendan permanecer en contacto con personas del grupo estereotipado. La falta de experiencia con un grupo facilita el mantenimiento de opiniones estereotipadas. Para superar la familiaridad en su relación, los expertos aconsejan probar una nueva actividad juntos, ir a un lugar nuevo juntos o incluso hablar de algo de lo que no suelen hablar. Cualquier estímulo nuevo tiene el poder de despertar de nuevo la atención de tu cerebro. |
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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo You're Not Listening:
- La desaparición de la capacidad de escuchar en la sociedad
- Cómo escuchar mejor y con más eficacia
- Por qué es más fácil escuchar a los desconocidos que a los cercanos