¿Por qué mentimos? Los dos tipos de deshonestidad

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¿Por qué mienten las personas honradas? ¿Cuáles son los dos tipos de deshonestidad?

Hay dos tipos de deshonestidad. El primero es el peor, es el tipo de mentira premeditada y a veces delictiva. El segundo tipo es inocuo, el que probablemente hayas hecho en la vida cotidiana, como coger un bolígrafo del trabajo. Descubre por qué a nuestro cerebro le parecen bien las pequeñas mentiras y dónde pone el límite.

Siga leyendo para saber por qué mentimos.

Por qué la gente honrada actúa de forma deshonesta

¿Por qué mentimos? Hay dos tipos de deshonestidad. El primer tipo es claramente delictivo, premeditado y, en ocasiones, violento, como el atraco a un banco. El segundo tipo de deshonestidad no es violento y abarca transgresiones tanto criminales -como la malversación de fondos o el fraude al seguro- como relativamente inocuas -como robar el yogur de tu compañero de trabajo de la nevera común-. 

Todo el mundo es culpable de este segundo tipo de deshonestidad: ¿quién no ha rellenado su refresco en un restaurante de comida rápida o ha cogido bolígrafos del trabajo? Lo irracional es que, aunque nos reconozcamos culpables de acciones deshonestas, nos consideremos irrefutablemente personas buenas y honradas.

En primer lugar, veremos un experimento del MIT que pretende demostrar cómo cualquiera -incluso quienes normalmente se consideran personas honradas y honestas- puede caer fácilmente en la tentación de la deshonestidad. Además, este experimento explora hasta dónde llegará la gente en su deshonestidad cuando se le da la oportunidad.

Experimento: ¿Cuánto engaña la gente honesta?

Se pidió a los participantes que realizaran una prueba consistente en 50 preguntas de opción múltiple, escribiendo sus respuestas directamente en el papel de la prueba. Al cabo de 15 minutos, debían transferir sus respuestas a una hoja de respuestas. Recibirían una recompensa de 10 céntimos por cada respuesta correcta. Cada grupo realizó la prueba en condiciones ligeramente diferentes.

  • El grupo A era el grupo de control. Se les dijo que entregaran tanto su hoja de respuestas como su hoja de examen al supervisor del examen, que contaría sus respuestas correctas y les daría la recompensa correspondiente. Por término medio, los miembros de este grupo respondieron correctamente a 32,6 preguntas.
  • El grupo B recibió hojas de respuestas ligeramente marcadas con las respuestas correctas, lo que les dio la oportunidad de cambiar las respuestas al transferirlas de la hoja de prueba. Se les dijo que contaran sus respuestas correctas en la hoja de respuestas y escribieran el número en la parte superior. Entregarían ambas hojas al supervisor, pero éste sólo se fijaría en el número de la parte superior de la hoja de respuestas. Por término medio, los miembros de este grupo respondieron correctamente a 36,2 preguntas.
  • El grupo C también recibió hojas de respuestas premarcadas. Se indicó a los alumnos que destruyeran sus hojas de examen y sólo entregaran las hojas de respuestas al supervisor. Por término medio, los miembros de este grupo respondieron correctamente a 35,9 preguntas.
  • El grupo D también recibió hojas de respuestas premarcadas. Se les indicó que destruyeran tanto la hoja de examen como la de respuestas. En lugar de dejar que el supervisor contara sus respuestas y les diera su recompensa, se les pidió que simplemente cogieran la cantidad correcta de dinero de un tarro situado en la parte delantera de la sala. Por término medio, los miembros de este grupo cogieron una cantidad de dinero equivalente a 36,1 respuestas correctas.

Los resultados sugieren que cuando las personas honradas tienen la oportunidad de hacer trampas, lo hacen, pero sólo un poco. Todos los grupos tramposos hicieron más o menos la misma cantidad de trampas, independientemente del riesgo. Parece que las personas tienen un límite inherente para actuar con deshonestidad.

Tu conciencia (normalmente) pone los límites

Normalmente, tus decisiones sobre si mentir o no dependen de tu conciencia, que es esencialmente la interiorización de los valores sociales. Cuando actúas de acuerdo con los valores de la sociedad, el centro de recompensa de tu cerebro se ilumina y no tienes esa voz molesta en el fondo de tu mente. Pero, cuando tu forma de actuar no está en consonancia con el comportamiento socialmente aceptable, la conciencia empieza a pedirte que cambies tu comportamiento.

Sin embargo, parece que la conciencia no tiene mucha influencia cuando se trata de asuntos de deshonestidad que son tan pequeños que apenas piensas en ellos. Estos momentos pueden parecerse a tomar prestada la camisa de tu hermana sin preguntar o coger el refresco de alguien de la nevera común. No te paras a pensar si estas acciones tienen alguna relación con tu honradez, así que tu conciencia no se dispara. La conciencia se activa cuando consideras transgresiones que son lo suficientemente grandes como para que te preguntes si la acción está mal, como vender una bolsa de camisetas de tu hermana en una tienda de segunda mano o coger una caja entera de refrescos de la nevera. 

Desgraciadamente, la influencia de la conciencia tiene un límite: a veces, el beneficio económico de actuar deshonestamente puede dominar la brújula moral. Esto se ve con frecuencia en campos como la política y la medicina. Un político puede pedir favores a un grupo de presión con tal de recibir una generosa donación en la campaña electoral. Un médico puede recetarte un medicamento que no necesitas porque recibe un soborno de la compañía farmacéutica. 

Por supuesto, intentamos establecer controles externos para evitar este tipo de deshonestidad. Pero la promesa de un beneficio económico es fuerte yla gente encuentra fácilmente lagunas que les permiten continuar con sus tratos deshonestos. Por ejemplo, los grupos de presión tienen prohibido invitar a cenas a los miembros del Congreso, así que los invitan a cócteles con aperitivos. 

¿Por qué mentimos? Los dos tipos de deshonestidad

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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Predictably Irrational :

  • Cómo te falla la lógica a diario
  • Cómo identificar sus comportamientos irracionales
  • Por qué recibir algo gratis puede hacerte tomar malas decisiones

Hannah Aster

Hannah se licenció summa cum laude en Inglés con doble especialización en Escritura Profesional y Escritura Creativa. Creció leyendo libros como Harry Potter y Sus materiales oscuros y siempre ha sentido pasión por la ficción. Sin embargo, Hannah hizo la transición a la escritura de no ficción cuando comenzó su sitio web de viajes en 2018 y ahora disfruta compartiendo guías de viaje y tratando de inspirar a otros a ver el mundo.

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