¿Con qué frecuencia te preguntas "Por qué"? ¿Cómo puede la pregunta "¿Por qué no?" llevarte por caminos nuevos y apasionantes?
En Una pregunta más bella, Warren Berger destaca las preguntas fundamentales (o iniciadoras de preguntas) "¿Por qué?" y "¿Por qué no?". Explica cómo estas palabras forman la base de preguntas que pueden aumentar tus conocimientos, cuestionar tus suposiciones e invocar tu creatividad para resolver problemas.
Siga leyendo para descubrir el poder de preguntarse "¿Por qué?" y "¿Por qué no?".
"¿Por qué?" y "¿Por qué no?"
Berger dice que hay que tener a mano las preguntas "¿Por qué?" y "¿Por qué no? En cuanto a la pregunta fundamental "¿Por qué?", Berger afirma que es el primer tipo de pregunta que debes hacerte cuando te enfrentas a una situación difícil o desconocida. A pesar de su sencillez, las preguntas "¿por qué?" tienen el poder de ayudarte a comprender cuestiones complicadas y cuestionar tus suposiciones.
Por ejemplo, la mayoría de la gente simplemente acepta que necesita dormir. Sin embargo, cuando a alguien se le ocurrió preguntarse por qué la gente necesita dormir, se creó una rama completamente nueva de la ciencia dedicada a responder a esa pregunta.
(Nota breve: ante un problema o una situación desconocida, intenta formular dos o tres preguntas del tipo "¿por qué?" antes de exponer tus propias ideas. Las respuestas a tus preguntas "¿por qué?" te ayudarán a comprobar si tus conocimientos presentan lagunas o suposiciones incorrectas. De este modo, podrás ofrecer una información más precisa y perspicaz cuando finalmente compartas tus ideas).
Tan importante como el "¿por qué?" es su contrapartida, el "¿por qué no?". Berger afirma que preguntar "¿por qué no?" te lleva a probar nuevas ideas y experimentar con posibles soluciones. Sin embargo, el verdadero poder del "¿por qué no?" es que desafía tus suposiciones sobre lo que es posible y lo que es necesario.
Para continuar con el ejemplo anterior de la ciencia del sueño, un experimento comenzó con la pregunta: "¿Por qué no pasar sin dormir y ver qué pasa?". Esta pregunta cuestiona la suposición de que el sueño es necesario en primer lugar. Resultó que el sueño es necesario, pero incluso esa información es algo que los científicos no habrían sabido con certeza sin formular una pregunta adecuada del tipo "¿por qué no?".
Reconocer y cuestionar las suposiciones Cuestionar las suposiciones es una herramienta poderosa a la hora de buscar respuestas novedosas y creativas a los problemas. Sin embargo, a menudo es difícil reconocer cuándo alguien (especialmente tú mismo) ha hecho una suposición en primer lugar. Un ejercicio que puede ayudarte a reconocer las suposiciones es: 1. Escribe tu razonamiento o el de otra persona. 2. A continuación, escribe tu conclusión o la suya. 3. Por último, comprueba si la conclusión se basa en alguna información no incluida en el razonamiento. Por ejemplo, las personas que no han dormido bien sufren fatiga. Por lo tanto, parece razonable afirmar que la gente necesita dormir para sentirse descansada. Sin embargo, esa conclusión presupone que el propio sueño previene la fatiga, cosa que no sabemos con certeza. La fatiga podría prevenirse mediante algún proceso biológico que ocurre mientras dormimos, pero que no requiere estrictamente el sueño. Dado que sentirse cansado incluso después de una buena noche de sueño es un síntoma de muchas condiciones de salud diferentes, es posible que el sueño por sí solo no prevenga la fatiga, aunque la mayoría de la gente asuma que sí lo hace. |
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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Una pregunta más bella:
- Las tres preguntas fundamentales que debe hacerse cada día
- Cómo desarrollar una mentalidad curiosa y cuestionadora
- Cómo las escuelas ahogan la curiosidad en lugar de fomentarla