

Este artículo es un extracto de la guía del libro de Shortform "Cuando el cuerpo dice NO" de Gabor Maté. Shortform tiene los mejores resúmenes y análisis del mundo de los libros que deberías leer.
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Qué es el Dr. Gabor Maté Cuando el cuerpo dice NO del Dr. Gabor Maté? ¿Cuál es el mensaje clave del libro?
En su libro Cuando el cuerpo dice NO, el Dr. Gabor Maté explora la conexión entre estrés y enfermedad. Maté sostiene que la medicina moderna no reconoce los efectos devastadores del estrés crónico en nuestra salud, en parte debido a malentendidos sobre qué es el estrés y qué lo causa.
He aquí un breve resumen de Cuando el cuerpo dice NO del Dr. Gabor Maté.
Cuando el cuerpo dice NO: El coste del estrés oculto
Cuando el cuerpo dice NO de Gabor Maté afirma que la enfermedad es la forma que tiene el cuerpo de decir "no" al estrés al que le somete nuestro estilo de vida. Publicado en 2019, este libro adopta un enfoque biopsicosocial, argumentando que los factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales son inseparables para una comprensión holística de la enfermedad.
Shortform NotaShortform : el modelo biopsicosocial es el principal enfoque de la enfermedad adoptado por los psicólogos de la salud, mientras que los médicos tienden a adoptar un enfoque biomédico . Los psicólogos de la salud sostienen que, a medida que las principales causas de enfermedad pasan de las enfermedades infecciosas a las crónicas, el modelo biopsicosocial es más importante que nunca).
Maté afirma que, en la sociedad moderna, el ser humano tiende a padecer estrés crónico, en lugar de estrés externo periódico. Según él, gran parte del estrés que experimentamos es subconsciente, por lo que es posible que ni siquiera lo reconozcamos como estrés; de hecho, a menudo son los que creen tener menos problemas emocionales los que corren mayor riesgo, porque la supresión de las emociones negativas es nuestro peor enemigo. Reconocer nuestro estrés inconsciente es clave para resolverlo y evitar la inevitable enfermedad que conlleva.
Shortform Nota breve: Algunos de los signos físicos de que puedes tener estrés inconsciente son: tensión muscular, mandíbula apretada, comportamientos inquietos, respiración superficial y comer en exceso).
Gabor Maté es psicólogo y médico que ejerció la medicina en entornos clínicos y hospitalarios durante más de 30 años. Posteriormente se convirtió en especialista en adicciones e investigador, y ha escrito numerosos libros sobre las conexiones entre la salud mental y física y el trauma.
En la Parte 1 de esta guía, explicaremos cómo define Maté el estrés crónico para diferenciarlo del estrés agudo, exploraremos lo que el estrés crónico provoca en nuestro cuerpo y discutiremos por qué la práctica médica moderna no lo reconoce. En la Parte 2, examinaremos las enfermedades que, según Maté, están relacionadas con el estrés y cómo. En la tercera parte, analizaremos las causas del estrés crónico y cómo reconocerlo en nuestro cuerpo. También analizaremos los mecanismos psicológicos de afrontamiento que hemos desarrollado en respuesta a nuestras experiencias vitales. Por último, en la cuarta parte, esbozaremos la receta de Maté para desarrollar la "competencia emocional", es decir, la capacidad de gestionar las emociones de forma saludable para reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés.
A lo largo de la guía, ampliaremos las ideas de Maté examinando la investigación en campos relacionados y lo que otros expertos tienen que decir sobre la conexión estrés-enfermedad.
Parte 1: La relación mente-cuerpo
El estrés crónico es una afección psicológica. Pero, según el Dr. Maté, la práctica médica moderna está arraigada en dualismo mente-cuerpolo que significa que el cuerpo y la mente se tratan como entidades separadas y que los médicos sólo tratan el cuerpo. Sostiene que pensar en la mente y el cuerpo como dos entidades separadas oculta la conexión entre el estrés crónico y la enfermedad. Los investigadores tienden a pasar por alto esas conexiones por la forma en que definen y entienden el estrés, así como por su falta de atención a la psicología humana.
En esta sección analizaremos los problemas del dualismo mente-cuerpo y la definición predominante de estrés. Luego veremos cómo entiende Maté el estrés y su explicación de lo que realmente le hace a nuestro cuerpo.
Dualismo mente-cuerpo en la medicina moderna
El dualismo mente-cuerpo subyace en el enfoque occidental moderno de la medicina. Esto es evidente en el hecho de que distinguimos a los médicos de los psiquiatras y los terapeutas, y trabajan independientemente unos de otros sin apenas comunicación. Se trata de una práctica errónea, sostiene Maté, porque no hay separación entre la mente y el cuerpo: cada uno forma parte de un todo interconectado. Afirma que los investigadores y profesionales médicos deben poner más énfasis en descubrir la historia vital completa de los pacientes.
El enfoque estrictamente biológico
Maté señala que los médicos tienden a buscar principalmente "causas" biológicas de las enfermedades. Cuando no encuentran ninguna, como ocurre con la mayoría de los cánceres y otras enfermedades graves, concluyen que la enfermedad es "de etiología desconocida". Rara vez consideran un origen causal en la psicología del ser humano como huésped de la enfermedad.
Maté afirma que también se da demasiada importancia a la investigación genética. Los genes son activados y desactivados por el entorno, por lo que éste desempeña un papel más importante que los genes a la hora de moldearnos. Se invierte tanto en investigación genética que se ignoran las causas ambientales y sociales de las enfermedades. Señala que incluso cuando se identifican factores de riesgo externos o biológicos/genéticos, no son explicaciones suficientes. Si lo fueran, todos los fumadores tendrían cáncer de pulmón y ningún no fumador. Dice que los médicos no se plantean preguntas más generales, como "¿por qué este paciente tiene esta enfermedad en este momento?".
El enfoque biopsicosocial
En oposición al enfoque estrictamente biológico de la enfermedad, Maté aboga por un enfoque biopsicosocial, como se ha mencionado anteriormente, que implica observar la enfermedad desde una perspectiva biológica, psicológica y social. También aboga por perspectivas interdisciplinarias complejas como la Psiconeuroinmunoendocrinología (PNI): el estudio de las interconexiones entre nuestro sistema nervioso, el sistema inmunitario, las hormonas y nuestros procesos psicológicos. La interacción entre estos sistemas sirve para reconocer amenazas, internas y externas, y responder a ellas de forma fisiológica y conductual.
Para apoyar su afirmación de que la mayoría de los médicos no tienen en cuenta la historia personal de sus pacientes, Maté señala un estudio según el cual dos tercios de los pacientes de gastroenterología tenían antecedentes de abusos físicos o sexuales y, sin embargo, su médico sólo conocía esos antecedentes en el 17% de los casos. Además, un tema común en las numerosas entrevistas que Maté realizó a sus propios pacientes, con una variedad de enfermedades diferentes, fue relaciones problemáticas con los padres en la infancia. Esto incluía relaciones emocionalmente distantes o insatisfactorias, abandono, sensación de pérdida y falta de autonomía.
El problema es que extraer estos historiales requiere tiempo y una atención diligente, porque los pacientes suelen negarlo y tienen recuerdos negativos reprimidos. De hecho, señala Maté, muchos de ellos parecen personas felices con una infancia maravillosa, por lo que, sin un esfuerzo intencionado, la mayoría de los médicos nunca conocerán las experiencias dolorosas de sus pacientes.
El estrés como respuesta a una amenaza
El estrés es la respuesta del cuerpo a cualquier tipo de amenaza, real o percibida. De este modo, la respuesta al estrés puede considerarse un vínculo directo entre la mente y el cuerpo. Como describe el Dr. Maté, una amenaza debe ser percibida e interpretada primero por la mente, que luego envía señales a los sistemas del cuerpo para que respondan. Las amenazas pueden ser una multitud de cosas específicas, pero el elemento común es la percepción de tu mente de la falta (o pérdida potencial) de algo necesario para la supervivencia. Puede ser cualquier cosa, desde comida o refugio hasta amor y conexión.
Según Maté, los factores situacionales que desencadenan el estrés son: "incertidumbre, conflicto, falta de información y pérdida de control."
Cuando el cerebro percibe "incertidumbre, conflicto, falta de información o pérdida de control", activa la respuesta de amenaza, lo que significa que el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales ("Eje HPA") segregan hormonas, entre ellas el cortisol. El cortisol es el antiinflamatorio del organismo, explica Maté. La inflamación se produce en todo el cuerpo en respuesta a una amenaza, y entonces el cortisol la resuelve calmando la inflamación. Sin embargo, los problemas surgen cuando este "eje HPA" no funciona correctamente y fluye demasiado o demasiado poco cortisol por el organismo.
Según Maté, resolver la situación amenazante (es decir, recuperar el control o resolver el conflicto) es la única forma de desactivar la respuesta de estrés HPA, pero a menudo no podemos hacerlo. Normalmente, no somos conscientes de cuál es el problema, o no estamos en posición de solucionarlo. Por eso muchos de nosotros vivimos con estrés crónico sin ni siquiera saberlo.
Amenazas en el mundo moderno
Cuando pensamos en acontecimientos estresantes, solemos pensar en cosas como un accidente de coche, un divorcio o la pérdida de un ser querido. Cuando experimentamos este tipo de acontecimientos, sentimos el estrés de forma consciente e intensa. Maté lo define como estrés agudo. Reconoce que una cantidad excesiva de este tipo de estrés puede ser perjudicial, pero afirma que el más más perjudicial es el estrés crónico-una reacción de estrés constante de bajo grado que se produce en nuestro cuerpo a lo largo de toda la vida. Gran parte de este estrés crónico es producto de nuestro estilo de vida.
- El estrés agudo es una respuesta natural a la presencia inmediata de peligro. El cuerpo inicia la respuesta de "lucha o huida", huimos o luchamos contra la amenaza, y luego el cuerpo vuelve a la homeostasis. Es natural e incluso saludable experimentar esto de vez en cuando en la vida.
- El estrés crónico se produce cuando la respuesta de "lucha o huida" se activa durante largos periodos de tiempo, sin llegar a resolverse, porqueen realidad no se trata de una situación en la que podamos huir o luchar, y/o no somos realmente conscientes de la "amenaza". Este proceso es más sutil e inconsciente. Este tipo de estrés no es normal ni saludable.
Maté afirma que la respuesta al estrés está integrada evolutivamente en nosotros porque es funcional y necesaria para nuestra supervivencia. Pero el tipo de "amenazas" que solemos percibir en el mundo moderno no son las mismas para las que estamos diseñados. Evolutivamente estamos hechos para responder a amenazas como los depredadores o el hambre, pero ahora no solemos tenerlas. Por eso, según Maté, nuestro cuerpo responde a otros tipos de amenazas percibidas que no consideramos conscientemente como tales; por ejemplo, si estamos sobrecargados de trabajo o no tenemos relaciones satisfactorias.
Parte 2: La conexión entre estrés y enfermedad
Ahora que entiende cómo define Maté el estrés y lo que el estrés crónico provoca en el organismo, comprenderá por qué es tan importante entender la psicología para establecer la conexión entre estrés y enfermedad. A continuación, echaremos un vistazo a algunas de las investigaciones que cita Maté, en las que se han establecido conexiones entre las historias vitales de las personas, sus perfiles psicológicos y enfermedades específicas.
Enfermedades del sistema nervioso
La EM(esclerosis múltiple) y la ELA (esclerosis lateral amiotrófica o "enfermedad de Lou Gehrig") son enfermedades del sistema nervioso que pueden causar síntomas muy diversos. Según Maté, ambas se han asociado también a determinados tipos de experiencias vitales y características de la personalidad.
Es bien sabido que los brotes de EM pueden estar relacionados con el estrés. Pero, según la investigación citada por Maté, ya a finales del siglo XIX los médicos sugerían una relación entre los factores estresantes de la vida y la aparición de la enfermedad. Muchos estudios realizados desde entonces han revelado que las personas con EM son mucho más propensas que la media a haber sufrido traumas en una etapa temprana de su vida, a tener problemas emocionales disfuncionales relacionados con sus padres y a padecer otros factores de estrés agudo.
Además, las investigaciones demuestran que los pacientes de ELA tienen algunos rasgos comunes sorprendentes en las características de su personalidad. Maté describe este tipo de personalidad como ferozmente independiente e impulsiva, reacia a pedir ayuda y negadora de las emociones negativas y el dolor. Estas cualidades son consideradas muy admirables por los demás, por lo que Maté afirma que ha observado que los pacientes con ELA son personas especialmente simpáticas y agradables, y afirma que esto es algo ampliamente reconocido en la comunidad médica. Maté sostiene que este rasgo de la personalidad es el resultado de la represión emocional formada por las experiencias de la infancia, y que estas personas suelen tener padres que nunca les permitieron expresarse, ni emocionalmente ni en términos de identidad. Así que tuvieron que crear una identidad basada en las expectativas de los demás y cultivar una fachada de dureza emocional.
Enfermedades intestinales
Las enfermedades comunes del intestino (IBD/IBS y GERD) son lo que Maté denomina enfermedades "funcionales", lo que significa que los síntomas no tienen explicación biomédica. Según Maté, es bien sabido que suelen estar provocadas por el estrés, y también se ha comprobado que quienes las padecen han sufrido abusos en el pasado en mayor medida que los controles. Intenta explicar estas enfermedades analizando los estudios sobre la relación entre el trauma y la respuesta al dolor.
Según Maté, sufrir abusos físicos o sexuales reduce el umbral de respuesta al dolor, sobre todo en el intestino, debido a la sensible relación intestino-cerebro y a la abundancia de células nerviosas en esa zona. Maté afirma que "el dolor es un modo de percepción" y, debido a la relación intestino-cerebro, nuestras "sensaciones viscerales" nos ayudan a saber cuándo estamos seguros o inseguros.
Enfermedades reumatoides
En las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, el lupus, la esclerodermia y la espondilitis anquilosante, el sistema inmunitario ataca al propio cuerpo porque no puede distinguir entre tejidos sanos y no sanos. Según Maté, los estudios han relacionado los factores psicosociales con la aparición, los brotes y la gravedad de las enfermedades reumáticas. Al igual que la ELA, afirma, estas personas tienen un rasgo de personalidad característico: lo que Maté denomina "hiperindependencia compensatoria", a menudo debida a la pérdida temprana de uno de los padres o a una relación de inversión de roles con uno de ellos. Los brotes y el dolor son una señal de que el cuerpo está diciendo no, dice Maté. Hacen que la gente vaya más despacio y evite las situaciones estresantes.
La enfermedad autoinmune ilustra con mayor claridad la teoría de Maté de que la enfermedad puede estar relacionada con el hecho de que uno se vuelva contra sí mismo, o con la incapacidad de distinguir entre el yo y el otro, tanto psicológica como fisiológicamente, de lo que hablaremos más adelante.
Cánceres
Al observar el cáncer, también podemos ver algunos puntos en común en las características personales. Maté explica que todos los seres humanos tenemos células dañadas y anormales (incluso malignas) en nuestro organismo. Sin embargo, la inmensa mayoría nunca se convierten en cáncer, porque el sistema inmunitario trabaja para reparar el daño o las células mueren antes de replicarse. Según Maté, esto significa que , para que se produzca un cáncer, no basta con que las células estén dañadas; también debe haber algún fallo del sistema inmunitario que permita que las células dañadas sigan replicándose sin control.
Maté cita investigaciones que demuestran que el estrés inhibe los procesos inmunitarios. El sistema PNI(psiconeuroinmunoendocrino) crea condiciones que facilitan o inhiben el crecimiento de las células cancerosas, y sabemos que los procesos psicológicos y las emociones afectan al sistema PNI. Varios estudios sobre los factores psicosociales relacionados con el cáncer han descubierto que el mayor factor de riesgo son las las emociones reprimidasen concreto los sentimientos de ira.
Cáncer de mama
El cáncer de mama, de ovarios y de próstata son cánceres relacionados con las hormonas. Maté describe una investigación en la que no se encontró ninguna relación entre el estrés y el cáncer de mama, por lo que la conclusión fue que no había correlación. Sin embargo, Maté plantea una crítica importante que pone en duda esta conclusión: En las conclusiones se afirmaba que los factores de riesgo son principalmente genéticos y hormonales. Pero Maté señala que sólo el 7% de las pacientes con cáncer de mama tienen un alto riesgo genético, por lo que no se puede considerar que exista una relación sólida. Y lo que es quizá más importante, está bien documentado que las hormonas se ven influidas por el estrés.
En otras investigaciones descritas por Maté, los factores psicosociales se han relacionado con el cáncer de mama, entre ellos: el distanciamiento emocional de los padres en la infancia; la represión de las emociones, especialmente la ira; la falta de relaciones de apoyo; y las tendencias de "cuidado compulsivo" (autosacrificio). Cita dos estudios diferentes en los que los investigadores pudieron predecir con una precisión del 94-96% qué mujeres serían diagnosticadas de cáncer de mama basándose únicamente en estos factores psicosociales. Se han obtenido resultados similares en estudios sobre el cáncer de ovario.
Cáncer de próstata
Aunque se sabe que el cáncer de próstata está inextricablemente ligado a las hormonas, y el equilibrio hormonal al estrés, Maté afirma que no se han realizado estudios que investiguen la relación entre los factores psicosociales y el cáncer de próstata. Pero sí se ha relacionado con factores ambientales:los hombres negrosamericanos tienen el doble de probabilidades de padecer cáncer de próstata que los blancos americanos. Para explicar este fenómeno, Maté afirma que no puede deberse a factores genéticos raciales, ya que los hombres negros tienen seis veces más probabilidades de padecerlo que los nigerianos. Por lo tanto, su teoría es que probablemente se deba a las presiones sociales de ser un hombre negro en Estados Unidos, incluido el estrés crónico de enfrentarse al racismo, así como a la falta de redes de apoyo comunitario y familiar que suelen ser más comunes en las comunidades negroamericanas.
Cáncer de pulmón
Las teorías predominantes afirman que los cánceres son el resultado de daños en el ADN de las células. En el caso del cáncer de pulmón en los fumadores, parte de ese daño lo causa el producto del tabaco. Maté afirma que sabemos que este daño se produce, pero no explica por qué algunos fumadores padecen cáncer de pulmón y otros no. Por tanto, tiene que haber otros factores en juego.
Maté cita dos estudios diferentes que mostraban una relación entre el cáncer de pulmón y las emociones reprimidas, especialmente la ira. Especialmente convincente es un estudio a largo plazo descrito por Maté que se realizó en la antigua Yugoslavia. Se sometió a unos 1.400 participantes a pruebas médicas y psicológicas exhaustivas. De los 1.400, más de 600 murieron 10 años después, momento en el que los investigadores analizaron las causas de la muerte junto con los perfiles psicológicos. En las conclusiones descritas por Maté, el factor de riesgo nº 1 de muerte, especialmente de cáncer, era la "racionalidad y antiemocionalidad" (R/A), es decir, quienes reprimían las emociones.
Además, la muerte por cáncer fue 40 veces mayor en quienes obtuvieron las puntuaciones más altas en la categoría de emoción reprimida. Los investigadores fueron capaces de predecir correctamente qué personas morirían de cáncer en el 78% de los casos basándose únicamente en sus puntuaciones en R/A y sentimientos de desesperanza.
Parte 3: Causas últimas de la enfermedad
Teniendo en cuenta los vínculos que se han observado entre estas enfermedades y el estrés, la personalidad y las experiencias vitales, Maté sostiene que es evidente que hay causas que contribuyen más allá de lo biológico. Afirma que los médicos a menudo buscan sobre todo causas "próximas", pero no buscan las causas "últimas". Las causas próximas son las causas observables inmediatas, mientras que las causas últimas son las explicaciones más generales.
En todas las enfermedades analizadas, Maté busca la causa última en la psicología del huésped humano. En esta sección, veremos cómo el estrés crónico está causado en última instancia por experiencias infantiles de amenaza percibida que no se resuelven. Aprenderá qué tipo de relaciones entre padres e hijos contribuyen a estas experiencias en los niños, y cómo la sociedad moderna crea las condiciones para estos patrones de crianza. También verá por qué Maté dice que nadie tiene la culpa de esto, por lo que asignar culpas carece de sentido.
El yo frente al otro: Diferenciación
Una de las áreas en las que el desarrollo infantil puede torcerse es en el proceso de diferenciación. Maté explica que los seres humanos estamos destinados a evolucionar desde un estado de dependencia total hacia una independencia interdependiente, lo que significaque debemos desarrollar nuestro propio sentido del yo como algo separado de los demás y ser capaces de autorregular nuestras emociones, pero también tener relaciones de apoyo interdependientes. Según Maté, cualquier disfunción en la relación padre-hijo puede causar problemas en los procesos internos que regulan el mecanismo de supervivencia del niño. El resultado puede ser que el individuo dependa demasiado de los demás y no aprenda a autorregularse, o que se vuelva demasiado independiente y no desarrolle relaciones de apoyo.
Crianza parental
Otra dinámica que puede causar problemas de desarrollo relacionados con el estrés en los niños es la cantidad de afecto nutritivo que le dan los padres. Maté afirma que, además de sentirnos seguros de niños, también necesitamos sentirnos queridos.
Maté explica que casi el 90% del desarrollo cerebral tiene lugar en los primeros años de vida de un niño, y este desarrollo es producto de factores genéticos heredados y condiciones ambientales. Dice que la interacción emocional afectuosa con los padres, o la falta de ella, afecta a la liberación de hormonas, y la cantidad y el equilibrio de esas hormonas afectan al desarrollo del cerebro. Cuando el cerebro de un niño no recibe mensajes constantes de amor y cariño, se desarrolla de tal manera que no puede distinguir correctamente entre amenazas y no amenazas. Por eso el contacto físico de la madre es importante para el correcto desarrollo de todos los mamíferos y crucial para que los humanos puedan desarrollar relaciones sanas. Las investigaciones sobre bebés prematuros, según Maté, demuestran hasta qué punto el tacto afectuoso influye en el desarrollo.
Maté señala aquí que no sólo el abuso y el trauma causan enfermedades relacionadas con el estrés: algunas personas tienen el mismo problema de estrés no por lo que se les hizo, sino por lo que se les ocult ó. Los niños no sólo necesitan contacto físico, afecto y seguridad; también necesitan "sintonía", es decir, que los padres estén "sintonizados" con las necesidades del niño. Según Maté, incluso los padres que quieren de verdad a sus hijos, y cuyos hijos saben que los quieren, carecen a veces de sintonía.
Personalidad vs. Posicionalidad
Más allá de la dinámica del desarrollo en la primera infancia, también hay factores situacionales en las familias y las sociedades que pueden llevar a los individuos a adoptar ciertas características de personalidad que se correlacionan con el estrés crónico. Hemos visto que algunos rasgos de personalidad contribuyen a aumentar el estrés. Pero Maté explica que estos rasgos de personalidad no son simplemente atributos individuales, sino que son el resultado de una dinámica familiar más amplia -nuestra "posición" en una familia multigeneracional- y de la posición de esas familias dentro de una cultura y una sociedad.
Maté señala que los cambios en la estructura social debidos a la modernidad han destruido gran parte de las conexiones sociales fundacionales con las que evolucionaron los humanos. Antes, los humanos vivían en familias extensas y comunidades con múltiples adultos que cuidaban de los niños. Ahora, dice, con las familias nucleares y la estructura socioeconómica (sobre todo en las sociedades capitalistas), los padres tienen que trabajar mientras los niños van a guarderías y escuelas separados de la familia extensa. De ahí que muchas de las enfermedades de las que se habla aquí, dice Maté, sean producto de una civilización más reciente.
Eliminar la culpa
A la luz de la fuerte conexión entre la dinámica parental, los rasgos de personalidad y el estrés crónico, podríamos concluir de forma natural que los padres son los culpables de la enfermedad de sus hijos. Maté también señala que ha recibido críticas por sus teorías basadas en la acusación de que señalar la conexión entre los rasgos de personalidad de los individuos y su enfermedad es "culpar a la víctima." Sin embargo, Maté afirma que reconocer que la enfermedad puede estar causada en parte por el estado psicológico, los rasgos de personalidad o el entorno de una persona no es "culpar a la víctima". Por el contrario, señala que señalar que la persona puede hacer algo al respecto la capacita para responsabilizarse de su propia salud.
Además, Maté afirma que no se trata de culpar a nuestros padres, ni de culparnos a nosotros mismos por las enfermedades de nuestros hijos. Al fin y al cabo, el cerebro de los padres se desarrolló en respuesta a su propia relación infantil con sus progenitores.
Parte 4: Receta para la curación
Así pues, ahora que hemos examinado las polifacéticas "causas últimas" del estrés crónico y, por tanto, de la enfermedad, puede que sienta la tentación de resignarse, sabiendo que estos patrones están arraigados en su psique desde la más tierna infancia. Sin embargo, Maté hace hincapié en que , en cualquier momento de su vida, puede tomar el control de su estrés crónico y cultivar una disposición y un estilo de vida más saludables. En esta sección final, echaremos un vistazo a los consejos de Maté para desarrollar la competencia emocional como forma de contrarrestar y aliviar los efectos del estrés crónico en la mente y el cuerpo.
Evitar la positividad tóxica
El primer consejo que Maté ofrece para contrarrestar los efectos del estrés crónico en nuestro organismo es rechazar el énfasis excesivo que se suele poner en el "pensamiento positivo". Según él, este enfoque de las emociones negativas sólo hace que la gente las reprima. Maté afirma que un pensamiento sano incluye reconocer todos nuestros sentimientos genuinos. Centrarse sólo en lo positivo y negar lo negativo es un mecanismo de defensa desarrollado por quienes están heridos. Pero no lo arregla.
En su sugerencia de abrazar "el poder del pensamiento negativo", Maté no se refiere a obsesionarse, sino a estar dispuesto a ver lo que está mal. Presta atención a las señales "negativas" que te envía tu cuerpo. Ten el valor de preguntarte: "¿A qué está diciendo no mi cuerpo?", en lugar de desplegar tu mecanismo de afrontamiento para evitar el dolor. Maté dice que cuando evitas lo que está "mal" y te centras sólo en lo que está "bien", estás siendo controlado por otros. No eres un ser autónomo cuando vives para complacer a los demás, cuando interpretas un papel basado en expectativas y cuando nunca dices "no".
Para ser claros, Maté afirma que los sentimientos positivos genuinos contribuyen a la salud: el amor, la alegría y la felicidad aumentan nuestro bienestar. El problema son los sentimientos positivos poco sinceros que la gente utiliza para encubrir sentimientos negativos.
Escucha a tu cuerpo
Tomar conciencia de todas tus sensaciones reales significa aprender a confiar en tu instinto y reconocer las señales de estrés en tu cuerpo. Maté dice que deberías empezar a sintonizar más conscientemente con lo que te dice tu cuerpo. Algunas señales de estrés subyacente son: taquicardia, micción frecuente, sudoración excesiva, problemas digestivos y dolores inexplicables, como dolores de espalda o de cabeza frecuentes. También dice que hay que estar atento a señales emocionales y de comportamiento, como: depresión, ansiedad, hipervigilancia, hipersensibilidad, reactividad excesiva e impulsividad. Si reconoce estas señales, considérelas mensajes de su cuerpo, destinados a hacerle consciente de un problema subyacente.
Maté le anima a ponerse en contacto con su ira reprimida y explorar su significado. La ira se dirige hacia algo, hacia alguna amenaza percibida. Identifica qué es y permítete sentir la ira, sentarte con ella y contemplarla hasta que se disipe o hasta que puedas recibir ayuda terapéutica.
Sé tú mismo
Maté hace hincapié en la vida auténtica. Reflexiona honestamente sobre las relaciones en tu vida. Quítate las "gafas de color de rosa" y pregúntate dónde no se han satisfecho tus propias necesidades, dónde has dejado de lado tus necesidades por los demás, o has reprimido tus sentimientos y te has sentido sin apoyo y sin ser visto. Hazlo con compasión, reconociendo que los demás sólo actúan a partir de sus propios condicionamientos. No culpes a nadie. Lo que importa, dice Maté, es la responsabilidad que tienes contigo mismo para cambiar las cosas en el futuro. Así que sugiere que te preguntes si has vivido tu vida de acuerdo con lo que realmente eres, o si estás intentando estar a la altura de las expectativas de los demás.
Maté dice que hay que tener cuidado con La culpasuele ser una señal de que estás haciendo algo por ti en lugar de por los demás. Si lo reconoces, aprende a aceptarlo y a utilizarlo como señal de que estás haciendo algo bien. Si decir "no" a algo te hace sentir culpable, pero decir sí te causa resentimiento, Maté dice que siempre debes elegir la culpa. El resentimiento será mucho más perjudicial.
Conectar con los demás
Maté afirma que todos necesitamos desarrollar redes de apoyo sanas. Numerosas investigaciones demuestran que las personas solitarias y desconectadas corren mayor riesgo de enfermar, mientras que el apoyo social alivia el estrés y disminuye el riesgo de enfermedad. Así que busque redes de apoyo social más sólidas. Extienda la mano y establezca contactos. Especialmente si estás sufriendo, busca a otras personas con las que conectar y establecer vínculos emocionales.
Cuida tu espíritu
Por último, Maté ofrece consejos para cuidar no sólo la mente y el cuerpo, sino también el espíritu. Dice que esto significa conectar con algo más allá de uno mismo, y sugiere dos vías principales para ello:
- Tu impulso creativo: Maté subraya que todo el mundo tiene algún tipo de impulso creativo; esto no se refiere sólo al arte. Puede ser cualquier forma de expresarse, por ejemplo, escribiendo, bailando, trabajando en el jardín, cocinando o construyendo. Sea cual sea su vía de expresión, Maté le anima a explorarla e incorporarla a su vida.
- Tu conexión con el universo: Sea lo que sea lo que esto signifique para ti personalmente, Maté sugiere que intentes conectar con algo más grande que tú mismo. Para algunas personas esto es la religión o Dios, mientras que para otras puede ser conectar con la naturaleza, practicar la meditación, estudiar astronomía o cualquier otra cosa que te haga sentir que formas parte de un todo mayor.
Un enfoque verdaderamente holístico de la salud, afirma Maté, debe implicar las tres dimensiones de la persona en su totalidad: cuerpo, mente y espíritu.

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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo Cuando el cuerpo dice NO :
- Cómo el estrés puede manifestarse como enfermedad crónica
- Cómo curar y evitar las enfermedades relacionadas con el estrés
- Por qué la positividad tóxica puede enfermarte