

Este artículo es un extracto de la guía del libro deShortform "Una buena vida" de Robert Waldinger y Marc Schulz. Shortform tiene los mejores resúmenes y análisis del mundo de los libros que deberías leer.
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¿Te gustaría tener amistades más fuertes? ¿Para qué retos deberías estar preparado durante esta etapa de tu vida?
En Una buena vidaRobert Waldinger y Marc Schulz definen una buena vida como aquella que depende de las buenas relaciones. Para ayudarle a vivir su mejor vida posible, ofrecen consejos sobre cómo mejorar sus relaciones con su cónyuge, familia, compañeros de trabajo y amigos.
Lea a continuación un resumen de Una buena vida de Robert Waldinger y Marc Schulz.
Una buena vida de Robert Waldinger y Marc Schulz
Muchos creemos que nuestra felicidad depende de nuestro éxito profesional. Pero, en Una buena vidaRobert Waldinger y Marc Schulz sostienen que la clave de una buena vida es cultivar buenas relaciones. Llegan a esta conclusión tras años de dirigir el Estudio de Harvard sobre el Desarrollo Adulto. (Waldinger es el actual director del estudio, mientras que Schulz es su codirector).
El Estudio de Harvard es la investigación longitudinal más antigua del mundo sobre el desarrollo de los adultos. El estudio se originó en 1938, cuando dos grupos independientes de investigadores que querían saber qué hace que las personas tengan éxito reclutaron a dos grupos de participantes en el estudio: 268 estudiantes varones de la Universidad de Harvard y 456 niños de los barrios pobres de Boston. Con el paso de los años, el estudio se amplió enormemente y ahora incluye a más de 2.000 personas, incluidos los cónyuges y descendientes de los participantes originales.
El Estudio de Harvard es único no sólo por su duración y alcance, sino también por su metodología. A diferencia de la mayoría de los estudios longitudinales, en los que se pide a los participantes que recuerden lo que ocurrió en sus vidas y, por tanto, son susceptibles a la falibilidad de la memoria, el Estudio de Harvard aprende sobre la vida de los participantes tal y como es ahora. Para ello, el equipo de investigación envía a los participantes cuestionarios detallados cada dos años, revisa sus historiales médicos cada cinco años y los entrevista en persona cada 15 años.
Como resultado, el estudio de Harvard cuenta con una gran cantidad de datos que llevaron a Waldinger y Schulz a concluir que las relaciones son esenciales para una buena vida. Esta conclusión está respaldada por otros estudios que incluyen a grupos de personas más diversos.
Comprender Una buena vida
Saber que las relaciones te ayudan a tener una buena vida no sirve de nada a menos que entiendas qué es una buena vida. En esta sección exploraremos qué constituye una buena vida, cómo nos ayuda y por qué somos tan malos haciendo lo necesario para vivirla.
Waldinger y Schulz sostienen que una vida buena consiste en lo que el filósofo griego Aristóteles denominó eudaimonia y lo que los estudiosos llaman hoy "felicidad eudaimónica".La eudaimonía representa una especie de florecimiento, y no es ni un estado temporal del ser ni un objetivo que se pueda alcanzar. Más bien, la eudaimonía es una sensación de satisfacción o propósito a largo plazo, el concepto al que te refieres cuando dices: "Estoy contento con mi vida".
Waldinger y Schulz especifican que esta buena vida -esta felicidad eudaimónica- depende sobre todo de la calidad (no de la cantidad) de tus relaciones y de la frecuencia con la que interactúas con los demás. En otras palabras, tener muchos amigos no mejorará tu vida si todos son tóxicos. Las relaciones positivas contribuyen a tu felicidad porque mejoran tu salud; estas relaciones actúan como amortiguador de los muchos factores estresantes de la vida que reducen la salud (como la vejez).
Las relaciones positivas también ayudan a prevenir la soledad, la sensación que se tiene cuando se tiene menos interacción social de la deseada. Waldinger y Schulz citan varias encuestas que indican que las personas de todo el mundo se sienten cada vez más solas y que esta soledad afecta negativamente a nuestra salud mental y física. Los autores sugieren que la soledad es mala para nosotros porque desencadena una respuesta de estrés de nuestra historia evolutiva: En la época en que dependíamos de las comunidades tribales para sobrevivir, quedarnos solos a menudo significaba la muerte: la soledad desencadenaba una respuesta de estrés que nos ayudaba a sobrevivir incluso sin nuestra tribu. Pero en el mundo moderno, muchas personas están crónicamente solas y, por tanto, sometidas a un estrés constante que perjudica nuestra salud mental y física.
Saber dónde estás en la vida
Ahora que ya hemos hablado de por qué las relaciones son fundamentales para la felicidad, compartiremos los consejos de Waldinger y Schulz para saber dónde estás. En esta sección, exploraremos dos marcos para comprender tus relaciones actuales. En primer lugar, describiremos las etapas de la vida que todos experimentamos para que pueda comprender mejor por lo que usted y otras personas de su vida podrían estar pasando. A continuación, te explicaremos cómo evaluar el estado actual de tus relaciones.
Comprender las etapas de la vida
Waldinger y Schulz dividen la vida humana en cuatro etapas principales: adolescencia, edad adulta temprana, mediana edad y edad avanzada. Sostienen que comprender estas etapas te ayudará a entender mejor los retos a los que te enfrentas en tu vida y a ser más empático con las personas que se encuentran en distintas etapas vitales.
Waldinger y Schulz explican que la adolescencia tiene lugar entre los 12 y los 19 años y se caracteriza por la lucha por establecer la propia identidad. Los adolescentes se benefician enormemente de tener adultos que les apoyen en sus vidas, ya que estos adultos sirven de ejemplo de las diferentes vidas que uno podría vivir. Sin embargo, los propios adolescentes tienden a dar prioridad a las relaciones con sus iguales a medida que navegan entre amistades y empiezan a tener relaciones íntimas y románticas.
Tras la adolescencia llega la edad adulta joven, que suele situarse entre los 20 y los 40 años. Waldinger y Schulz escriben que los adultos jóvenes tienden a experimentar mucho estrés mientras luchan por encontrar su equilibrio en sus carreras y posiblemente crear nuevas familias. Los adultos jóvenes deben tener cuidado de no trabajar demasiado y descuidar a otras personas en sus vidas, como sus amigos o sus padres.
La mediana edad suele situarse entre los 41 y los 65 años. Waldinger y Schulz afirman que la mediana edad puede parecer estable hasta el punto de ser aburrida, ya que las personas de mediana edad suelen tener carreras y familias establecidas. Sin embargo, las personas de mediana edad suelen pensar que no han hecho lo suficiente con sus vidas, apesar de que ya han transcurrido la mitad de ellas. Superar esta preocupación requiere que las personas de mediana edad alcancen la etapa de "generatividad", que se caracteriza por centrarse en causar un impacto positivo en los demás, más que en mejorar la propia vida.
Por último, la vida tardía suele comenzar después de los 66 años. Waldinger y Schulz explican que las personas en esta etapa suelen preocuparse por lo bien que han vivido, lo bien que pueden vivir el resto de sus vidas y el legado que dejarán. Las personas en esta etapa tienden a ser felices, ya que han adquirido la perspectiva necesaria para priorizar lo que importa e ignorar los pequeños factores estresantes que no lo son. Pero deben esforzarse por mantener unas relaciones que pueden disiparse de forma natural al dejar de realizar ciertas actividades, como trabajar. También deben aprender a aceptar la ayuda que puedan necesitar.
Evalúe sus relaciones
Ahora que ya hemos explicado cómo afecta la etapa de la vida en la que te encuentras a tus relaciones, hablaremos de la metodología de Waldinger y Schulz para evaluar tu "aptitud social", es decir, la salud actual de tus relaciones. Los autores sostienen que entender con qué frecuencia ves a la gente ahora y cómo esas personas añaden o restan algo a tu vida te motivará para hacer los cambios necesarios en tu vida social.
Waldinger y Schulz recomiendan empezar haciendo una lista de las personas que componen su círculo social. Es probable que incluya a personas a las que quiere, como sus amigos y familiares, aunque no las vea tan a menudo como le gustaría. Pero también es probable que incluya a personas a las que ve con regularidad pero que no le resultan especialmente cercanas -como el camarero del bar de su barrio- o incluso personas que le desagradan activamente -como ese pariente político que no soporta-.
A continuación, Waldinger y Schulz sugieren que revises con qué frecuencia ves a cada persona de tu vida y cómo te hace sentir cada una de ellas. ¿Estar en compañía de esa persona te refresca y te anima, o te agota y te deprime? Si es esto último, ¿hay alguna razón en particular que lo explique y hay algo que puedas hacer al respecto? ¿Estás contento con la frecuencia con la que ves a cada persona, o te gustaría verlas más o menos?
En tercer lugar, Waldinger y Schulz sugieren que revises los beneficios específicos que recibes de cada relación. Algunas personas te proporcionan amor y sexo, mientras que otras te ayudan cuando tienes dificultades, por ejemplo, cuando no sabes qué trabajo aceptar. Algunas personas te ayudan a sentirte seguro, mientras que otras te empujan fuera de tu zona de confort. Hay personas con las que puedes hablar de cualquier cosa y otras en las que puedes confiar porque te resultan familiares. Ten en cuenta que algunas personas te proporcionarán múltiples beneficios, pero varias de ellas no te los proporcionarán todos .
Cómo mejorar sus relaciones en general
Ahora que hemos compartido los consejos de Waldinger y Schulz para comprender la salud actual de tus relaciones, hablaremos de sus consejos para mejorarlas. En esta sección, compartiremos dos cosas que puede hacer para mejorar cualquier relación: Prestar más atención y sustituir los malos hábitos.
Preste más atención
Waldinger y Schulz afirman que prestar más atención a tus relaciones puede ayudarte a mejorarlas. En el mundo moderno, nuestros cerebros se han acostumbrado a la distracción constante de nuestros dispositivos. Como resultado, nos cuesta concentrarnos en una sola cosa, incluida la persona con la que pasamos el tiempo. Esta falta de compromiso dificulta nuestra capacidad para conectar con los demás.
Entonces, ¿cómo puedes prestar mejor atención a las personas con las que estás? Waldinger y Schulz recomiendan mejorar la capacidad de estar presente en general (y, por tanto, de estar presente con los demás) practicando la atención plena. Para ello, dedícate un tiempo en tu vida diaria a fijarte en las cosas que no han captado tu atención antes en los lugares que frecuentas, tal vez la brisa de tu oficina.
Waldinger y Schulz añaden que puedes aplicar esta práctica en tus relaciones: Cuando hables con alguien, pregúntate qué podrías no y utiliza ese vacío para guiar tu conversación. Por ejemplo, si un amigo se muestra inusualmente molesto por tu impuntualidad, indaga un poco más: tal vez tu impuntualidad crónica le pone de los nervios, o está enfadado porque se ha peleado con su madre. Los estudios indican que el hecho de intentar intencionadamente empatizar y conectar con los demás puede mejorar tu relación.
Además, Waldinger y Schulz sugieren que minimices el daño potencial de tu uso de la pantalla. Cuando utilices las redes sociales, prioriza la comunicación sobre la navegación; esta última puede hacerte sentir peor sobre tu propia vida porque estás comparando tu realidad con los mejores momentos que otros publican en línea. Si notas que el tiempo que pasas frente a la pantalla afecta negativamente a tu estado de ánimo, disminuye el tiempo que dedicas a tus dispositivos. Pregunta a las personas más cercanas a ti si tu tiempo frente a la pantalla les molesta; si es así, reevalúalo. Por último, crea espacios de tiempo en los que no consultes tus dispositivos en absoluto para poder centrarte plenamente en los que más te importan y evalúa también cómo te sientes cuando te tomas un descanso de las pantallas.
Sustituir los malos hábitos
Waldinger y Schulz afirman que también se pueden mejorar las relaciones sustituyendo los malos hábitos. Explican que la mayoría de nosotros tenemos malos hábitos relacionales, es decir, que recurrimos por defecto a un determinado patrón de comportamiento, o "estilo de afrontamiento", cada vez que nos sentimos tensos. Desgraciadamente, estos hábitos pueden perjudicarnos a nosotros y a nuestras relaciones; por ejemplo, la investigación de los autores sugiere que si tiendes a distanciarte de tus problemas, no serás tan feliz como alguien que se enfrenta a sus problemas.
El patrón por defecto, o hábito, en el que caemos puede parecer inmutable y fuera de nuestro control. Pero Waldinger y Schulz explican que, en realidad, la forma de afrontar una situación concreta implica un proceso claro sobre el que tenemos cierto control. Cada vez que te enfrentas a un factor estresante externo, te sientes de alguna manera al respecto y respondes con una reacción. Por ejemplo, si tu pareja llega tarde a vuestra cita (factor estresante), puedes sentirte desatendido y reaccionar con frialdad cuando por fin llega. Este proceso se produce tan rápido que parece automático, pero si puedes interrumpirlo y elegir comportarte de una forma que se aleje de la predeterminada, quizá puedas mejorar tus relaciones.
Cómo mejorar las relaciones específicas
Ahora que hemos discutido las estrategias de Waldinger y Schulz para mejorar sus relaciones en general, discutiremos sus estrategias para mejorar tipos específicos de relaciones. En esta sección, analizaremos las características únicas y los desafíos de las relaciones con tu pareja, tu familia, tus colegas y tus amigos, y cómo mejorar cada tipo.
La relación con su pareja
Waldinger y Schulz afirman que una relación positiva y duradera con una pareja romántica puede proporcionar consuelo a tu vida. Los psicólogos han descubierto que los adultos que sienten que tienen una "base segura" -alguien en quien pueden confiar para sentirse cómodos y apoyados pase lo que pase- se recuperan más rápido de las situaciones estresantes.
Waldinger y Schulz citan varias técnicas para mejorar la relación con su pareja. En primer lugar, preste atención a las pequeñas cosas que hace su pareja y agradézcaselas. Esto mejorará la impresión que usted tiene de él (porque está prestando atención a sus cualidades positivas) y el estado de ánimo de su pareja (porque se alegrará de que se haya dado cuenta). En segundo lugar, probad cosas nuevas juntos. Verás a tu pareja bajo una nueva luz, lo que aumentará tu admiración por ella.
En tercer lugar, practica compartir todas tus partes con tu pareja, incluso las que te dan miedo. Waldinger y Schulz explican que, en momentos de conflicto, puedes sentir la tentación de ocultar tus verdaderos sentimientos a tu pareja para protegerte o para dejar de pelear. Sin embargo, los autores afirman que es mejor dejarse llevar por la vulnerabilidad. Cuando ambos miembros de la pareja comparten su verdadero yo, su conexión se hace más profunda.
Su relación con la familia
Waldinger y Schulz afirman que tener una relación positiva con la familia en la que creciste influye mucho en tu vida. Al fin y al cabo, conoces a esas personas de toda la vida, por lo que te proporcionan un tipo de apoyo que no puedes encontrar en ningún otro sitio.
Sin embargo, Waldinger y Schulz aclaran que esto no significa necesariamente que hayas tenido una infancia feliz. Los autores reconocen que nuestra infancia influye enormemente en nuestra capacidad para mantener relaciones sanas, sobre todo porque, de niños, aprendemos de nuestras familias a manejar nuestras emociones. Pero, como señalan los autores, también podemos desaprender los patrones negativos que nos enseñaron nuestras familias y sustituirlos por patrones más saludables.
Según Waldinger y Schulz, un paso clave para desaprender estos patrones es estar abierto a la posibilidad de que la gente te sorprenda. Tanto en las relaciones familiares como en las no familiares, esto nos permite percibir cuando la gente no se comporta tan mal como esperábamos, lo que puede ayudarnos a romper las suposiciones perjudiciales que aprendimos de niños. Esta apertura es especialmente útil en las relaciones familiares porque nos anima a darnos cuenta y reconocer cuando los miembros de nuestra familia han experimentado un crecimiento personal, algo que a la mayoría de nosotros nos cuesta reconocer en personas que conocemos de toda la vida.
Por ejemplo, digamos que tu madre criticaba constantemente a tu padre cuando eras niño. Así que, de adulto, desarrollas un patrón negativo de criticar regularmente a las personas que quieres. Un día, cuando ya eres mayor, te das cuenta de que tu padre se ha equivocado de marca de leche. Pero en lugar de criticarle a gritos, tu madre se limita a guardar la leche. Sólo te diste cuenta de este pequeño cambio porque estabas abierto a la posibilidad de que tus padres pudieran cambiar. No sólo reconsideras tu creencia de que tu madre critica constantemente a su familia, sino que también reconsideras cómo te comportas cuando tu marido mete la pata, y la próxima vez que lo haga, recuerdas el gesto de tu madre y decides no criticarle.
Otra clave para mejorar las relaciones, según Waldinger y Schulz, es fijar un tiempo en familia con regularidad para asegurarse de que siguen conectados entre sí a pesar de lo ajetreada que se pone la vida. Si todos viven en el mismo lugar, los autores recomiendan instituir comidas familiares regulares. Si no, mantener una reunión periódica por vídeo también puede ayudar a mantener cierta conexión.
Su relación con los compañeros de trabajo
Waldinger y Schulz sostienen que mantener relaciones de apoyo con los compañeros de trabajo puede suponer una gran diferencia positiva en la vida. Los autores señalan que la mayoría de la gente divide su vida en tiempo de trabajo y tiempo no laboral. Pero en realidad, tu felicidad en el trabajo tiene un gran impacto en el resto de tu vida.
Dado que la gente pasa tanto tiempo en el trabajo, mantener relaciones sociales con los compañeros puede evitar la soledad, que, como vimos anteriormente, puede dañar nuestra salud. Si un acontecimiento laboral afecta negativamente a tu estado de ánimo, ese mal humor suele permanecer incluso cuando vuelves a casa, por lo que los acontecimientos laborales pueden dañar tus relaciones familiares.
Así que Waldinger y Schulz sugieren que cambies tu perspectiva sobre tus relaciones laborales. En lugar de evitar posibles conexiones con tus compañeros de trabajo, piensa en cómo podrías desarrollar relaciones con tus colegas o profundizar en las ya existentes. Después, ponga esas ideas en práctica. Por ejemplo, si te encantan los libros y te das cuenta de que un compañero al que no conoces bien siempre está leyendo, entabla una conversación sobre libros con esa persona.
Waldinger y Schulz reconocen que a veces es más fácil decirlo que hacerlo. Puede que te cueste hacerte amigo de tus compañeros si trabajas a distancia. Por otra parte, puede ser reacio a entablar amistad con personas de otro nivel directivo porque no quiere que esa jerarquía perjudique potencialmente su relación personal. Sin embargo, los autores sostienen que entablar relaciones de todos modos mejorará tanto tu felicidad como la calidad de tu trabajo, especialmente en este último caso, porque la única forma de desarrollar relaciones mentor/aprendiz es conectar a través de la jerarquía corporativa.
Pero, ¿y si ya es demasiado tarde para entablar relaciones con tus compañeros de trabajo? Si ya se ha jubilado, Waldinger y Schulz le proponen que busque contactos sociales regulares y algo que le aporte satisfacción. Los autores explican que muchas personas encuentran estas relaciones y satisfacción en sus trabajos, por lo que cuando se jubilan y pierden ambas cosas, les cuesta adaptarse. Tener una fuente sustitutiva de ambas cosas le ayudará a mantener su felicidad. Por ejemplo, conseguir un puesto de voluntariado en el que utilice sus habilidades profesionales podría ayudarle a sentirse realizado y atraer a más personas a su vida.
Su relación con sus amigos
Waldinger y Schulz afirman que muchos de nosotros no damos prioridad a nuestras amistades. Señalan que, mientras que los niños valoran a sus amigos, los adultos suelen descuidarlos en favor de preocupaciones más inmediatas, como su familia o su trabajo. Esto es especialmente cierto si la relación se desarrolló cuando ambas personas se encontraban en la misma fase de la vida, pero una de ellas ha seguido adelante; por ejemplo, si una amiga de la universidad sigue luchando en su carrera mientras que la otra tiene éxito económico.
Sin embargo, Waldinger y Schulz sostienen que descuidar nuestras amistades es un error, ya que son más importantes de lo que la mayoría de nosotros pensamos. Los autores señalan varios estudios que indican que las amistades íntimas tienen un impacto significativo tanto en nuestra salud física como mental. En particular, los amigos mejoran la forma de afrontar los acontecimientos estresantes: Los amigos hacen que las situaciones difíciles parezcan mejores de lo que son, y reducen tanto la duración como la intensidad de los efectos de esos acontecimientos.
Waldinger y Schulz añaden que no sólo nuestras amistades íntimas, o "lazos fuertes", afectan positivamente a nuestras vidas. Cada vez más estudios indican que los "vínculos débiles" -relaciones poco frecuentes y de baja intensidad- también aportan beneficios inesperados. Cuando se cultivan los vínculos con personas que no se conocen bien, como el amigo de un amigo o la cajera de la tienda de la esquina, se accede a redes más amplias a las que no se tendría acceso de otro modo. Por ejemplo, los estudios demuestran que cuantos más lazos débiles tengas, más posibilidades tendrás de encontrar un buen trabajo.
Waldinger y Schulz sugieren varias estrategias para ayudarle a mejorar sus relaciones. Si desea aumentar sus vínculos débiles, observe su grupo social actual. ¿Con quién te relacionas habitualmente que no conoces bien? Si desea mejorar sus amistades íntimas, reconsidere sus patrones. Muchos de nosotros caemos en la rutina en nuestras amistades. Piensa en lo que haces o hablas normalmente con tus amigos actuales y, si es necesario, cambia las cosas. Por ejemplo, si siempre vas al trivial con tus amigos, quizá prefieras ir de excursión.
Además, presta atención a si eres tú quien suele proporcionar o recibir apoyo emocional en la relación. Si hay un desequilibrio, piensa si puedes aportar más (escuchando más) o recibir más (pidiendo más apoyo).

---Fin de la vista previa.
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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Una buena vida :
- Que la clave de una buena vida no tiene nada que ver con tu carrera o tu éxito
- Cómo evaluar la calidad actual de sus relaciones
- Cómo mejorar las relaciones con los amigos, la pareja, la familia y los compañeros de trabajo