

Este artículo es un extracto de la guía del libro de Shortform "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo. Shortform tiene los mejores resúmenes y análisis del mundo de los libros que deberías leer.
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¿Debe un gobernante ser optimista o realista? ¿Qué debe priorizar: el apoyo de la población o el de sus homólogos?
En cuanto a las cualidades de un príncipe, Maquiavelo aconseja pragmatismo. Sin embargo, sigue creyendo que los príncipes deben tener y trabajar en pos de ciertos principios rectores.
Siga leyendo para conocer estos cinco principios.
Cualidades de un príncipe
Para Maquiavelo, que un príncipe sea un gobernante bueno y justo o cruel y tiránico sólo importa en la medida en que ayude o perjudique a su capacidad para conservar el poder. Los príncipes a los que venera se vieron impulsados a la brutalidad o al engaño por la necesidad de lograr la felicidad del pueblo, la estabilidad a largo plazo del Estado o la grandeza del pueblo percibida por otros Estados. No estaban motivados únicamente por la codicia o el egoísmo.
Pragmatismo y Realpolitik A lo largo de la historia, los críticos de Maquiavelo lo han calificado de maestro del mal, que instruía a los príncipes para que se comportaran de forma fundamentalmente interesada y amoral. Incluso se le ha comparado con el mismísimo diablo. Sin embargo, aunque Maquiavelo rechazaba la moral tradicional, no creía que los príncipes debieran ser amorales o que su trabajo consistiera en progresar a expensas del pueblo. La filosofía de Maquiavelo es la del pragmatismo extremo:todo está justificado si sirve al Estado. Según Maquiavelo, todo lo que hace un príncipe debe ser en beneficio de su pueblo, y eso puede incluir castigos brutales o la privación de derechos humanos básicos. Si hace que el gobierno sea más estable y la zona más segura, entonces es por el bien del pueblo como colectivo, aunque perjudique a los individuos. Una versión de la filosofía de Maquiavelo sobrevive en la política actual, en forma de realpolitik: la idea de que los políticos deben estar motivados por la seguridad y la supervivencia de su Estado, no por filosofías políticas o éticas abstractas. Los detractores de la realpolitik sostienen que reduce la política al afán de poder, y que los políticos están motivados únicamente por la ambición y la codicia. Sin embargo, los defensores de la realpolitik afirman que define la política en términos realistas, animando a los políticos a centrarse en las consecuencias de sus acciones y en hechos concretos en lugar de en vagos ideales. |
He aquí las cinco cualidades que necesita un príncipe, según Maquiavelo.
#1: Virtud maquiavélica
Para Maquiavelo, lo que hace grande a un príncipe es su virtúque define como su capacidad de actuar con decisión y de valerse por sí mismo.
El príncipe ideal de Maquiavelo no teme introducir cambios radicales o iniciar ofensivas militares, acepta consejos sin dejarse guiar por otros, siempre piensa en el futuro para anticiparse a las amenazas y da prioridad a la supervivencia del principado. Para parecer "virtuoso", como lo define Maquiavelo, un príncipe no debe aspirar a parecer moralmente bueno, sino a aparecer como alguien en cuyo éxito continuado se puede confiar.
#2: Ser realista
Maquiavelo sostiene que demasiados políticos y teóricos de la política abordan las cuestiones de gobierno con idealismo y no con un sentido realista de los problemas a los que se enfrentan. Los príncipes deben esforzarse por gobernar con eficacia en lugar de crear un gobierno utópico. Según Maquiavelo, el príncipe que intente actuar moralmente bien en todo momento será inevitablemente derrocado porque no hará frente a las amenazas que se le presenten con la brutalidad adecuada.
En cambio, los príncipes deben actuar según la necesidad y las circunstancias y estar dispuestos a hacer lo incorrecto si eso significa preservar el principado. Maquiavelo sostiene que perder el Estado por no poder ser brutal es más cruel que mantenerlo vivo mediante la brutalidad.
Relativismo moral: ¿Los fines justifican los medios? Esencialmente, Maquiavelo está argumentando a favor del relativismo moralo la creencia de que el bien y el mal no son verdades universales, sino que dependen en gran medida de la época, el lugar y la cultura. El relativismo moral no es lo mismo que la amoralidad total, y Maquiavelo sí cree en el bien y el mal, condenando el comportamiento que considera inútilmente brutal. Pero apoya la brutalidad con un propósito. A menudo se cita erróneamente que Maquiavelo resumió su filosofía diciendo: "El fin justifica los medios": "El fin justifica los medios". Aunque Maquiavelo nunca dice exactamente esas palabras, sí escribe que "en las acciones de todos los hombres, y especialmente de los príncipes... se juzga por el resultado". Su énfasis en "príncipes" en este contexto indica que cree que lo que hace un príncipe puede ser juzgado como incorrecto por la persona media, pero un príncipe no es la persona media: Sus acciones no sólo hablan por sí mismas, sino también por muchos otros. Como un príncipe tiene mayores responsabilidades, puede, en opinión de Maquiavelo, justificar mejor un mal comportamiento. En qué medida es una cuestión que deja abierta. |
#3: El valor del engaño
Curiosamente, mientras Maquiavelo sostiene que los príncipes no deben preocuparse por comportarse moralmente, dice que deben preocuparse mucho por parecer morales. Los príncipes deben esforzarse por tener la reputación de ser justos, leales, amables, generosos y religiosos.
Aunque Maquiavelo sostiene que los príncipes siempre deben estar dispuestos a hacer lo incorrecto, también reconoce que la gente quiere creer que sus líderes son fundamentalmente buenos. Un príncipe que es obviamente cruel o deshonesto, o que hace promesas sin intención de cumplirlas, acabará perdiendo el amor de su pueblo y la confianza de sus aliados.
Maquiavelo hace especial hincapié en la necesidad de que un líder parezca religioso, aunque no suscriba realmente los principios religiosos. En la Italia del Renacimiento, la fe cristiana solía ser sinónimo de bondad, por lo que un príncipe que rechazara de plano sus enseñanzas sería condenado al ostracismo por todas las demás potencias de la zona.
Shortform NotaShortform : Aunque no lo dice abiertamente, Maquiavelo está advirtiendo a los lectores de que centrarse demasiado en la religión podría abrirlos a la manipulación de la Iglesia y los Estados Pontificios. Como representante de Dios en la Tierra, el Papa podría argumentar que cualquier Estado verdaderamente cristiano debería responder ante él, mientras que Maquiavelo creía que los príncipes deberían gobernar su principado según las necesidades de su pueblo).
#nº 4: Equilibrio entre personas y compañeros
Examinando a los príncipes que han caído del poder, Maquiavelo observa que un príncipe necesita encontrar un delicado equilibrio entre conservar el amor y el apoyo del pueblo al que gobierna, y conservar el amor y el apoyo de quienes le ayudan a gobernar, ya sea la nobleza, un consejo de asesores, posibles sucesores, líderes militares, etcétera.
Dado que estos dos grupos tienden a ocupar clases sociales diferentes y a tener relaciones distintas con el poder (aceptar que se les gobierne frente a querer gobernar), sus deseos y prioridades difieren, por lo que no satisfacer a ninguno de ellos puede dejar a un príncipe vulnerable a ser derrocado.
Dicho esto, Maquiavelo sostiene que el apoyo del pueblo es siempre más valioso y debe tener prioridad sobre el de la nobleza, otros funcionarios del gobierno o el ejército.
Esto se debe en parte a su gran número, que hace del pueblo una base de poder más eficaz y más difícil de combatir; después de todo, es más fácil desalojar del poder a unos pocos nobles que aplastar un movimiento nacional. Maquiavelo también argumenta que apaciguar al pueblo requiere que hagas menos para frenar tu propio poder, ya que, más que aspirar a ganar poder para sí mismos, la mayoría de ellos sólo desean vivir seguros, prósperos y cómodos.
La posibilidad de una revolución democrática Curiosamente, Maquiavelo no habla de la posibilidad de que el pueblo quiera el poder o la capacidad de gobernar por sí mismo. Por un lado, las democracias de la época de Maquiavelo eran muy diferentes de las actuales, y puede que simplemente no considerara a la gente corriente como actores políticos. Por otro lado, la Grecia clásica ofrecía numerosos ejemplos de autogobierno del pueblo, y Maquiavelo utilizó la historia antigua como base para muchas de sus lecciones. Su admiración por las repúblicas se basaba en estos antiguos modelos de democracia. También está el hecho de que Maquiavelo observa al principio del libro que la sociedad es una lucha constante entre los nobles, o los ricos y poderosos, y la gente corriente: "El pueblo no desea ser gobernado ni oprimido por los nobles", mientras que "los nobles desean gobernar y oprimir al pueblo". De esta filosofía se hacen eco pensadores democráticos posteriores, como el escritor francés de la Ilustración Jean-Jacques Rousseau, que describió el gobierno como una especie de compromiso entre el pueblo y sus gobernantes sobre quién tiene el poder, e incluso Karl Marx, que conceptualizó toda la historia como una lucha entre los que tienen y los que no tienen. Rousseau era un admirador de Maquiavelo, lo consideraba un icono republicano y El Príncipe una brillante sátira. De hecho, aunque Maquiavelo precedió a la Era de las Revoluciones en unos 250 años, sus escritos tuvieron un gran impacto en las creencias fundamentales que la sustentaban: quela política tenía poco que ver con la religión, que los príncipes gobernaban mediante una combinación de manipulación y crueldad, y que un gobierno no podía sobrevivir sin el apoyo del pueblo. Aunque Maquiavelo no considerara la posibilidad de una revolución democrática, sus lectores sí lo hacían. |
Por el contrario, satisfacer las necesidades de los pares de un príncipe significa mantenerlos leales a pesar de sus aspiraciones de poder. Maquiavelo sostiene que un príncipe debe permitir que la nobleza, el gobierno y el ejército compitan entre sí por la influencia y la riqueza, pero debe aplastar violentamente cualquier movimiento que se haga contra el príncipe. A su vez, aconseja a los príncipes que honren y recompensen a quienes permanecen leales y que desconfíen en extremo de cualquiera cuya lealtad sea incierta, por poco poder que parezca tener.
Maquiavelo también sugiere que mantener el amor y el apoyo del pueblo puede desalentar los intentos de conspiración o asesinato procedentes de sus iguales. Por muy descontentos que estén los miembros del círculo íntimo de un príncipe, si sospechan que el pueblo se negaría a aceptar su gobierno tras el derrocamiento de un príncipe querido, seguirán apoyando al príncipe.
Populismo El consejo de Maquiavelo de dar prioridad al amor del pueblo se parece al populismo actual. populismoo un enfoque de la política que hace hincapié en las necesidades e intereses de la gente corriente por encima de los de las llamadas élites. Los movimientos populistas sostienen que los ricos y poderosos oprimen, explotan o perjudican a la gente corriente, y quieren poner fin a esta relación desequilibrada. La cuestión del cómo varía mucho entre los movimientos populistas de derechas y de izquierdas, al igual que la concepción de quién cuenta como "gente corriente" frente a "élites". Algunos ejemplos de líderes y movimientos populistas del siglo XXI son Occupy Wall Street, el movimiento Tea Party, Evo Morales, Hugo Chávez, el Brexit y Donald Trump. Como sugirió Maquiavelo, muchos de estos líderes fueron capaces de alcanzar un gran éxito en la política a pesar de ser completos outsiders para el establishment o incluso de no gustar abiertamente a sus iguales. El apoyo del pueblo, en forma de votos o incluso de fuerza física, les proporcionó las herramientas para promulgar el cambio. Sin embargo, para conservar el poder a largo plazo, estos líderes tenían que ganarse a sus homólogos o sustituirlos por partidarios leales. |
#5: Ser temido, más que amado
El adagio de Maquiavelo de que es mejor ser temido por la gente que amado por ella es una de las lecciones más infames de El Príncipe. La justificación de esta idea es sencilla: La obediencia debida al amor y al afecto es poco fiable, mientras que la obediencia debida al miedo no lo es. Las personas son intrínsecamente desleales y, por mucho amor que sientan por un príncipe, pueden traicionarlo si creen que es lo mejor para ellos o incluso para el Estado.

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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de El Príncipe :
- La descripción de Nicolás Maquiavelo de cómo deben gobernar los líderes autoritarios
- Una descripción sin complejos de la "verdad real" de la política
- Análisis de la pervivencia de las lecciones de Maquiavelo en la política actual