

Este artículo es un extracto del resumen de Shortform de "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey. Shortform tiene los mejores resúmenes del mundo de los libros que debería leer.
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¿Qué es el Hábito 2 de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva? ¿Qué significa Hábito 2: empezar pensando en el fin?
Después de abordar el Hábito 1 de los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, deberías estar preparado para el Hábito 2: Empezar con el Fin en Mente. Empezar con el Fin en Mente te prepara para la tarea de escribir tu propio destino, y te da las herramientas para trazar tu carta.
¿Qué significa Hábito 2: Empezar pensando en el fin?
Para lograr la vida que deseas, debes empezar con el fin en mente. Esto significa identificar el panorama general -la vida que quieres llevar, los rasgos de carácter que quieres encarnar, el impacto que quieres tener en los que te rodean- y luego asegurarte de que cada acción diaria está en consonancia con tus objetivos finales.
Piense en ir en coche a una cita: ¿Cómo puedes saber qué calles tomar y qué giros dar si no sabes dónde está tu destino? Sin un destino en mente, puede que al final llegues, pero será un camino largo y tortuoso. La eficacia consiste en seguir una ruta directa para llegar a tu destino.
Es fácil dejarse arrastrar por el ritmo acelerado y el estrés del día a día, trabajando furiosamente para subir la escalera, pero a veces llegas al último peldaño y te das cuenta de que la escalera estaba apoyada en la pared equivocada. Puede que consigas un objetivo a corto plazo (por ejemplo, un ascenso laboral, un nivel de ingresos, un objetivo dietético), pero cuando llegas te das cuenta de que por el camino has sacrificado cosas que eran más importantes en el gran esquema de las cosas.
Si utilizas el hábito 2: empezar con el fin en mente, lo creas todo dos veces: primero imaginas el resultado que quieres y los esfuerzos que debes dedicar a conseguirlo, y luego lo llevas a cabo. Empieza cada día reafirmando tus valores y tu destino, y eso te ayudará a llevar a cabo cada acción a lo largo del día en pos de ese objetivo.
Ejemplos del Hábito 2: Empezar pensando en el fin
- En la construcción de viviendas, la primera creación es el plano, que muestra dónde se colocará cada viga y cada puerta. Para evitar errores caros, no hay que clavar un solo clavo hasta que no se hayan planificado todos los detalles.
- En los negocios, no se puede lanzar una empresa hasta que no se han perfilado todos los aspectos: ¿Qué producto o servicio vas a vender, quién es tu mercado objetivo, cómo vas a llegar a él, cuál será tu estructura financiera, cuántos empleados necesitarás? Actuar antes de haber creado un plan de empresa minucioso hace muy difícil, si no imposible, tener éxito.
- En la crianza, si quieres que tus hijos crezcan y se conviertan en personas independientes, responsables y cariñosas, debes intentar alcanzar ese objetivo en cada interacción que tengas con ellos, en cada rabieta, reto o éxito.
Ahora que entiendes lo que significa el hábito 2: empezar con el fin en mente, podemos explorar las herramientas que lo hacen posible.
Crear una visión
Los líderes son responsables de permanecer atentos al panorama general -la primera creación- y asegurarse de que cada acción vaya en esa dirección. Tanto si diriges un equipo como si ejerces el liderazgo personal, uno de los retos de ser un buen líder es resistir el impulso de distraerse con los pequeños asuntos del día a día.
En un entorno empresarial, una organización funciona como un grupo de personas que se abren camino en la jungla.
- Los empleados forjan el progreso abriéndose paso entre la maleza. Se enfrentan a los clientes y a los problemas cotidianos para hacer avanzar la empresa.
- Los jefes apoyan a los empleados caminando con ellos y afilándoles los machetes por el camino, ofreciéndoles cursos de fortalecimiento y macheteo, dándoles nuevos machetes de alta tecnología y creando calendarios de trabajo y pago.
- El líder se sube a la copa de un árbol alto para tener una vista de pájaro de hacia dónde se dirigen los empleados y directivos a través de la maleza. Si se han equivocado de dirección, el líder puede gritar a la cuadrilla que se han equivocado de selva.
Los líderes son responsables de estar al tanto de los cambios en la industria y las condiciones del mercado, y los líderes eficaces no pueden tener esta visión de conjunto si se dejan atrapar por la maleza.
El liderazgo personal sigue el mismo principio: diriges tu vida de forma deliberada hacia tus objetivos. Aunque también tienes que ser tu propio gestor y macheteador, si no mantienes tu atención en el panorama general -tu primera creación- podrías acabar en la jungla equivocada. Por eso Stephen Covey dice que hay que empezar con el fin en mente, para saber adónde vas.
Manténgase centrado en su misión personal
A medida que la vida cambia constantemente, ¿cómo mantener la concentración en tus valores y objetivos? ¿Cómo te aseguras de que cada pequeña acción que realizas te acerca a tu destino? Puedes crear una declaración de misión personal, una parte esencial del hábito 2, empezar con el fin en mente.
Una declaración de misión personal se centra en tres aspectos principales:
- Carácter: ¿Quién quieres ser?
- Contribución: ¿Qué quieres hacer?
- Logros: ¿Cuáles son los valores y principios fundamentales que rigen su carácter y sus contribuciones?
Tu declaración de misión personal es el patrón por el que se mide y dirige todo. Cristalizar el núcleo inmutable de lo que eres en realidad te ayuda a adaptarte al cambio, porque refuerza un sentido tan seguro de ti mismo que no te sentirás amenazado por los cambios a tu alrededor.
Desarrolle su declaración de objetivos
Empieza por analizar los paradigmas más básicos que dictan tu forma de ver el mundo. A medida que los examines, te revelarán tus valores y principios más íntimos y te ayudarán a utilizar el hábito 2: empezar pensando en el fin.
La declaración de misión de cada persona será distinta porque cada persona es única y tiene experiencias individuales; en lugar de inventar tu misión o emular la de otra persona, intenta encontrar tu misión a través del autoexamen, la reflexión y la evaluación honesta de tus puntos fuertes y valores únicos.
Recuerda que la idea de Stephen' Covey de "empezar pensando en el fin" también tiene que ver con el proceso. El proceso en sí es tan importante como el resultado final, porque te hace reflexionar sobre cómo quieres vivir tu vida y qué acciones lo refuerzan.
Crear declaraciones de misión de grupo
Las declaraciones de misión también son eficaces para los grupos que quieren empezar con el fin en mente, ya sean familias, organizaciones o empresas.
Es fundamental que todos los miembros del grupo participen en la creación de la declaración de misión. Este proceso hace que todos los miembros del grupo piensen y hablen sobre lo que les importa y lo que creen que deben ser las prioridades del grupo.
Si todos participan en la creación de la declaración de principios, es más probable que sientan que refleja sus propios valores y se esfuercen más por defenderla.
Identifique su centro
Crear su declaración de misión personal requiere un proceso de profunda reflexión y autoevaluación a medida que examina sus paradigmas y descubre los valores que guían sus decisiones y acciones.
Tus paradigmas determinan cuatro aspectos esenciales de tu vida:
- La seguridad: Tu identidad y autoestima, que te fundamenta y te da fuerza.
- Orientación: La fuente de tu dirección en la vida, los factores que influyen en tus elecciones y acciones.
- Sabiduría: Lo bien que comprendes cómo se interrelacionan los distintos principios vitales y cómo interpretas el funcionamiento de la vida.
- Poder: Tu fuerza y capacidad para actuar, incluso -y especialmente- cuando ello implica ser proactivo y reescribir tus hábitos.
Cada uno de estos factores se sitúa en un continuo; no se trata de si los tienes o no, sino de en qué parte del espectro te encuentras. Por ejemplo, puedes ser muy inseguro, tener poca autoestima y un sentido inestable de la identidad, o tener una autoestima alta y un sentido firme de quién eres.
Estos factores también son interdependientes y refuerzan colectivamente a los demás. Si tienes una fuerte sensación de seguridad y una orientación clara, esto aumenta tu sabiduría, lo que te ayuda a acceder a tu poder, y te ayuda a crear tu viaje para que puedas seguir el principio de Stephen Covey de "empieza con el fin en mente".
Su centro determina su experiencia
Tus paradigmas fundamentales revelan tu centro; puedes estar centrado en tu matrimonio, amistades, familia, trabajo, dinero, posesiones, placer o, idealmente, principios. Lo que sea que esté en tu centro determina tu seguridad, guía, sabiduría y poder y es una parte importante del hábito 2: empieza con el fin en mente.
A continuación se enumeran los centros más comunes:
- Si estás centrado en el matrimonio, tu sentido de identidad y autoestima viene determinado por la salud de tu relación en ese momento.
- Si estás centrado en la familia, obtienes tu seguridad de la fuerza de tus tradiciones y reputación familiares.
- Sorprendentemente, estar centrado en los amigos o en los enemigos es en gran medida lo mismo; en ambos contextos, tus interacciones con otras personas, sus opiniones sobre ti y el trato que te dan determinan tu sentido de la autoestima.
- Si estás centrado en el dinero, tu autoestima cambia con el aumento y la disminución de tu patrimonio neto.
- Si estás centrado en el trabajo, basas tu identidad en tu profesión y tu posición en el trabajo.
- Si estás centrado en la posesión, tu atención y tu autoestima están ligadas a las posesiones materiales (por ejemplo, coches, casas y ropa bonita) o intangibles (por ejemplo, estatus social, autoridad y reconocimiento).
- Si estás centrado en el placer, tu principal prioridad es divertirte y maximizar tu placer en la vida, en detrimento del trabajo, las relaciones y la autodisciplina.
- Estar centrado en la iglesia enfatiza la apariencia de estar involucrado en la comunidad, cumplir con las normas sociales y mostrar claramente su pertenencia al grupo.
- Si eres egocéntrico, te mueve más el egoísmo que un intento sincero de desarrollarte y mejorar.
Tu(s) centro(s) determina(n) las decisiones que tomas y cómo navegas por la vida. En una situación determinada, varios centros diferentes pueden conducir al mismo resultado; sin embargo, tu experiencia será diferente en función del paradigma que te haya llevado a ella. Además, tus motivaciones y experiencias tienen un mayor impacto en tu vida que tus acciones concretas.
Cómo practicar el hábito 2: Empezar pensando en el fin
Antes hemos comentado que una declaración de objetivos equilibrada debe incluir metas en todas las funciones que desempeña en la vida. Del mismo modo, un enfoque equilibrado de la superación personal requiere que utilices ambos lados de tu cerebro.
Cada lado del cerebro es responsable de funciones diferentes: El lado derecho del cerebro es creativo, abstracto. El lado izquierdo del cerebro se ocupa de la lógica y el lenguaje. Hay que ser a la vez creativo y lógico para adoptar un enfoque holístico del crecimiento y el cambio, a fin de empezar con el fin en mente. Muchas personas se sienten más cómodas utilizando un lado que el otro, y la sociedad tiende a dar más importancia a ciertos tipos de pensamiento que a otros. Pero para empezar con el fin, se necesitan ambos.
El hemisferio derecho del cerebro es fundamental para ser proactivo y crear cambios de paradigma, porque engloba la imaginación y la creatividad necesarias para soñar cómo quieres que sea tu vida y qué puedes hacer para conseguirlo. Necesitas el hemisferio izquierdo para cristalizar esa imagen y ese deseo en una declaración de misión personal.
Visualización
La visualización implica imaginarse a uno mismo en una situación que sitúa la vida en una perspectiva más amplia. Si intentas mejorar una habilidad, un hábito o un aspecto de tu vida, visualiza una situación que te provoque la reacción que quieres cambiar.
Por ejemplo, si estás intentando mejorar la interacción con tus hijos, visualiza una situación en la que hacen algo que normalmente te enfadaría. En lugar de permitir que tu respuesta normal entre en acción -incluso en este escenario imaginario-, visualízate practicando la paciencia y la comprensión que quieres encarnar en el futuro.
La visualización funciona mejor si la visualizas con todo detalle: hasta el olor de la habitación, la textura de la ropa que llevas puesta, la sensación de esa experiencia. Dedica unos minutos al día a practicar esta visualización. Aléjate de las distracciones y deja que tu mente y tu cuerpo se relajen totalmente mientras lo haces.
Las personas de alto rendimiento, desde los atletas profesionales hasta los astronautas de la NASA, utilizan técnicas de visualización para prepararse para los momentos críticos, ya sea el último cuarto de un partido empatado o el lanzamiento del transbordador espacial. Visualizar una situación con todo lujo de detalles e imaginarse a uno mismo resolviéndola exactamente como uno quiere hace que uno se sienta más cómodo con esa situación cuando se produce en la realidad. Si todo se crea dos veces, la visualización es la primera creación.
Afirmaciones
Del mismo modo, las afirmaciones son recordatorios escritos o verbales que usted crea para ayudarle a recordar sus objetivos. Del mismo modo que una declaración de objetivos te ayuda a centrarte en tus metas y valores, las afirmaciones funcionan del mismo modo a menor escala, aplicándose a un comportamiento o área concretos de tu vida.
Una afirmación eficaz tiene cinco componentes clave:
- Es personal. Se centra en ti.
- Es positivo. Enmarca las cosas de forma positiva, centrándose en algo que quieres crear, no en lo que quieres evitar.
- Es visual. Expone una situación concreta en la que la afirmación es aplicable.
- Está en presente.
- Es emocional. Especifica cómo te sientes cuando realizas esta acción.
Las visualizaciones y afirmaciones son acciones que puedes realizar a diario para reforzar tus objetivos y esfuerzos de superación personal más amplios en tu vida.
Hábito 2: empezar con el fin en mente es uno de los 7 hábitos que pueden ayudarte a aprender a crear objetivos basados en quién eres y qué esperas conseguir. Al cultivar este hábito, estarás en el camino hacia un mayor crecimiento y realización.
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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva :
- Cómo priorizar los cientos de tareas que tiene para centrarse en una o dos que realmente importan
- La forma correcta de resolver cada desacuerdo y discusión
- Cómo evitar quemarse y tener éxito durante más de 20 años
¿Cuánta gente empieza realmente pensando en el fin?