Haz cosas difíciles: Reseña del libro (Steve Magness)

Este artículo es un extracto de la guía del libro deShortform "Haz cosas difíciles" de Steve Magness. Shortform tiene los mejores resúmenes y análisis del mundo de los libros que deberías leer.

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Qué es el libro Haz cosas difíciles difíciles? ¿Cuáles son las principales conclusiones del libro?

En Haz cosas difícilesSteve Magness explica por qué las ideas tradicionales sobre la fortaleza no sólo son ineficaces, sino perjudiciales. Explica lo que realmente significa ser resistente con estrategias sobre cómo superar la incomodidad y la adversidad.

Lea a continuación Haz cosas difíciles resumen del libro.

Haz cosas difíciles por Steve Magness

Según Steve Magness, nuestra concepción de la dureza es errónea. Tradicionalmente definimos la dureza como una combinación de machismo, falta de emoción y muestras externas de dominio y control. Pero Magness afirma que esta definición "de la vieja escuela" de la dureza es perjudicial y que la verdadera dureza se define por la confrontación con la realidad, el reconocimiento de tus pensamientos, sentimientos y emociones, y el uso de una multitud de estrategias para hacer frente a la incomodidad o la adversidad. En su Haz cosas difíciles Magness describe esta nueva forma de concebir la dureza, más precisa y eficaz, que le ayudará a superar los retos y a tomar decisiones más acertadas y meditadas.

Experto en rendimiento y entrenamiento, Magness también ha escrito La ciencia de correr y es coautor de Rendimiento máximo y La paradoja de la pasióny sostiene que, aunque hemos avanzado mucho, la definición de dureza de la "vieja escuela" sigue prevaleciendo en nuestro mundo, y esto tiene consecuencias negativas. Conduce a un estilo autoritario de entrenamiento, enseñanza, crianza y liderazgo en el que la gente te dice que te endurezcas, que dejes de actuar emocionalmente o que luches contra el dolor para alcanzar tus objetivos o tener éxito. Pero al final, estas tácticas son psicológicamente perjudiciales, no conducen a individuos completos y simplemente no son eficaces para ayudarnos a superar los retos de la vida. 

Cómo malinterpretamos la dureza

Magness afirma que el primer paso para convertirse en una persona verdaderamente dura es comprender en qué se equivoca la dureza de la vieja escuela. Uno de los principales problemas de la dureza de la vieja escuela es la idea de que se puede hacer frente a cualquier reto con pura fuerza de voluntad. Aunque esto puede funcionar a veces, abordar los problemas de esta manera hará que la mayoría de la gente se agote o se rinda por completo. Cuando te enfrentas a un reto difícil, en lugar de seguir adelante, es mejor reducir la velocidad, orientarse y tomar decisiones meditadas sobre la mejor manera de avanzar. Hay más de una solución a tus problemas, y la verdadera dureza consiste en encontrar una solución de cualquier manera, no en sobrepasar tus límites.

Según Magness, la razón por la que no funciona el simple hecho de luchar contra cualquier desafío es que, al final, el estrés de la lucha será demasiado y te rendirás. Por lo tanto, Magness argumenta que la clave de la fortaleza es aprender a navegar por la confusión interior que se experimenta al enfrentarse al estrés. Cuanto más estresante es una situación, más probable es que el planteamiento de luchar contra el dolor te lleve a tomar el camino más fácil y escuchar a la parte de ti que quiere abandonar o entrar en pánico. Pero si puedes entrenarte para reducir la velocidad y reconocer lo que está ocurriendo en tu interior, puedes crear el espacio suficiente para tomar la mejor decisión en lugar de la más fácil.

Estrategia 1: Afrontar la realidad

Ahora que entendemos en qué se equivoca la dureza de la vieja escuela, Magness explica su primer paso para convertirse en una persona más dura y resistente: enfrentarse a la realidad. Afrontar la realidad de una situación y la realidad de tus capacidades es un primer paso importante porque , para tomar las mejores decisiones cuando te enfrentas a la adversidad, necesitas evaluar con precisión el problema y lo que puedes hacer para resolverlo.

Estrategia 2: Comprender las emociones

Otro atributo clave de una persona verdaderamente dura es la capacidad de comprender sus emociones. Magness afirma que las emociones nos protegen; nos ayudan a navegar por el mundo. Si reprimes tus sentimientos y emociones, estás suprimiendo tu capacidad de navegar por el mundo con eficacia. La dureza de la vieja escuela te dice que debes escuchar algunas emociones (como la alegría, el orgullo o la ira) e ignorar otras (como la tristeza o el miedo). Magness, sin embargo, afirma que debes intentar comprender e interpretar todos tus sentimientos y emociones para poder tomar mejores decisiones. 

Los sentimientos nos dan información importante que debemos escuchar, afirma Magness. En lugar de ver las emociones como algo que se interpone en nuestro camino, como podría aconsejar la versión de la vieja escuela de la dureza, deberíamos escuchar e intentar comprender lo que nos dicen nuestros sentimientos y emociones. Cuando uno entiende por qué se siente de determinada manera, puede utilizar esa información para tomar mejores decisiones.

En la mayoría de los casos, eres perfectamente capaz de evaluar con precisión tus sentimientos y las decisiones que debes tomar basándote en ellos: si te da asco el olor de un determinado alimento, no lo comes, confiando en que tus sentimientos te digan que ese alimento no es seguro. Pero en momentos de estrés o adversidad, es más frecuente que malinterpretemos nuestras emociones, lo que puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Por ejemplo, cuando tienes un día estresante en el trabajo, puedes estar más irritable al llegar a casa y enfadarte sin razón con tus seres queridos. 

Para comprender mejor las emociones, Magness recomienda etiquetarlas. Etiquetar o poner nombre a tus emociones es útil porque te ayuda a interpretarlas. Cuando ponemos nombre a una emoción, centramos nuestra atención en ella, lo que nos permite examinarla más de cerca. Esto puede ayudarte a evitar actuar simplemente en función de la emoción porque, al examinarla, puedes entender mejor por qué actúas de una determinada manera. Por ejemplo, si hubieras puesto nombre a tu irritabilidad después de un largo día de trabajo, habrías podido poner un poco de espacio entre la irritabilidad y el enfado que le siguió y habrías evitado enfadarte con tu pareja.

Estrategia 3: Escucha tus voces interiores

Otro aspecto clave de la fortaleza, según Magness, es aprender a interpretar y afrontar los debates internos. Al tomar una decisión, todos tenemos varias "voces" en la cabeza que nos indican un determinado comportamiento. En las decisiones normales y cotidianas, como decidir qué ropa ponernos para ir a trabajar, estas voces son tranquilas y sosegadas, y nos ayudan a tomar una decisión algo fácil y sin importancia. Sin embargo, en situaciones difíciles, en las que se requiere firmeza, puede haber varias voces que compiten entre sí, empujándonos hacia comportamientos diferentes. Navegar entre esas voces y tomar una decisión basada en ellas es mucho más difícil. 

La dureza de la vieja escuela te enseña simplemente a ignorar las voces que no se alinean con tus objetivos, como la voz que te dice que te rindas. Magness escribe que, en lugar de ignorar esas voces, deberíamos reconocerlas y responder a ellas, ya que cuando reconocemos conscientemente nuestras dudas, miedos u otras emociones, podemos tomar mejores decisiones.

Según una escuela de pensamiento, desarrollamos voces interiores como forma de afrontar el estrés. Sirven para hacer más tangibles nuestros sentimientos abstractos. Cuando nos dirigimos a nuestros sentimientos con nuestras voces interiores, podemos pensar en ellos de forma más concreta, lo que puede ayudarnos a convertir los sentimientos en las acciones o inacciones apropiadas. En otras palabras, mientras que nuestros sentimientos nos ayudan a navegar por el mundo, nuestras voces y pensamientos internos nos ayudan a navegar por nuestros sentimientos. La clave de la fortaleza es aprender a utilizar nuestras voces internas en nuestro beneficio y no dejar que las voces negativas nos ganen y nos lleven a tomar malas decisiones. 

Según Magness, hay tres estrategias que podemos utilizar para aprovechar mejor nuestras voces interiores:

Vocaliza tus pensamientos: Poner tus pensamientos en palabras puede ayudarte a centrarte en el pensamiento en el que quieres estar centrado. Al vocalizar un pensamiento, le das más fuerza. Además, como nuestro diálogo interior suele ser enrevesado, vocalizar los pensamientos puede simplificarlos y hacerlos más procesables.

No seas demasiado positivo: La gente a menudo intenta animarse a sí misma con un diálogo interno positivo. Sin embargo, según los estudios, esto sólo funciona si realmente crees lo que te estás diciendo a ti mismo. Si te dices a ti mismo: "Puedo hacerlo", no vas a engañarte para que te lo creas. Incluso cuando te hablas a ti mismo, tienes que ser realista.

Piensa en segunda o tercera persona: Magness señala que cuando entablamos un diálogo interno, solemos pensar en primera persona: "Lo tengo" o "Soy capaz". Pero las investigaciones demuestran que pensar simplemente "Lo tienes" o "(tu nombre) es capaz" puede mejorar tu capacidad de rendimiento. Esto se debe a que pensar en segunda o tercera persona te separa de la situación, lo que te ayuda a considerarla de forma más objetiva y a tomar mejores decisiones.

Estrategia 4: Acercar o Alejar

Magness afirma que la verdadera dureza consiste en aprender a lidiar con el dolor o el malestar, ya sea mental, físico o emocional. Esto significa ser flexible, ampliandoo reduciendo el enfoque en función de la situación. Magness afirma que las personas más duras -las que pueden prosperar ante la adversidad- saben cuándo cambiar entre un estado mental amplio y uno estrecho. Por otro lado, la única estrategia de la dureza de la vieja escuela consiste en luchar contra el dolor y seguir adelante. Este enfoque centra tu atención únicamente en la tarea específica en la que estás trabajando en ese momento.

A veces, señala Magness, la mejor estrategia consiste en reducir la concentración. En momentos de estrés, esto es ventajoso porque te permite centrarte intensamente en la tarea que tienes que realizar. Pero, como ya hemos dicho, la mayoría de la gente sólo puede hacer esto durante un tiempo antes de que sus pensamientos negativos entren en espiral y se rindan, entren en pánico o tomen malas decisiones. Cuando tu única estrategia es concentrarte, limitas tus opciones: cuandotu intento no funciona a la primera, tu única opción es volver a intentarlo. Tienes que ser capaz de intentar algo diferente en lugar de volver a intentarlo y desperdiciar tu esfuerzo. 

Cuando la reducción de la atención falla, cuando te sientes a punto de rendirte o de entrar en pánico, debes ser capaz de alejarte y adoptar una nueva perspectiva. Este enfoque te permite asimilar más información, ser más creativo y evitar las trampas de estrechar la atención. Por ejemplo, si estás asustado por una próxima presentación, puede que sea mejor que te alejes y pienses en lo poco importante que es tu presentación en el gran esquema de las cosas, en lugar de fijarte en la presentación o en tu ansiedad. La clave, sin embargo, según Magness, es aprender cuándo ampliar y reducir y ser capaz de cambiar el enfoque y la atención a voluntad. 

Supongamos que eres conductor de ambulancia e intentas llevar a un paciente al hospital lo más rápido posible. Cuando todo va según lo previsto, puedes acercarte y centrarte en conducir por la ruta elegida lo más rápido y seguro posible. Pero si te encuentras con un atasco inesperado, tienes que alejarte, observar el entorno e idear un nuevo plan. Tal vez te des cuenta de que puedes atajar por un aparcamiento, retroceder unos cientos de metros y tomar una carretera secundaria que te lleve antes a tu destino. 

Para mejorar tu capacidad de concentración, Magness sugiere los siguientes ejercicios:

Limite y amplíe sus ideas: Piensa en un problema hipotético: por ejemplo, que hay demasiado tráfico de vehículos en tu barrio y quieres mejorarlo. Ahora, piensa en la solución más obvia a este problema y elabora un plan detallado sobre cómo la pondrías en práctica. A continuación, aléjate y, en lugar de idear un plan detallado, idea tantas soluciones al problema como se te ocurran, por ridículas o poco prácticas que parezcan. Este ejercicio pretende mejorar tu capacidad para resolver problemas de distintas maneras: primero, reduciendo tu atención y mejorando la concentración; después, ampliándola y mejorando la creatividad.

Acércate y aléjate visualmente: Este ejercicio está pensado para ayudarte a cambiar entre un estado mental estrecho y uno amplio utilizando señales visuales. Dirige tu atención a un único objeto. Acércalo y fíjate en todos los detalles que puedas. A continuación, aléjalo, desenfocando la vista para que se vea borroso. Intenta no centrarte en los detalles de un solo objeto, sino fijarte en todo lo que te rodea. También puedes utilizar este ejercicio en momentos de estrés: si te sientes abrumado por una situación, intenta alejar la imagen y ampliar la visión para evitar que tus pensamientos negativos se conviertan en una espiral. 

Haz cosas difíciles: Reseña del libro (Steve Magness)

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Esto es lo que encontrará en nuestro resumen completo de Haz cosas difíciles :

  • Por qué es errónea la "vieja escuela" de la dureza
  • Por qué los ideales machistas son perjudiciales e ineficaces
  • Cómo ser resistente y versátil, y cómo superar la adversidad

Muñeca Katie

De algún modo, Katie pudo hacer realidad su sueño infantil de crear una carrera en torno a los libros tras licenciarse en Inglés y especializarse en Escritura Creativa. Su género preferido de libros ha cambiado drásticamente a lo largo de los años, desde fantasía/distópica juvenil hasta novelas conmovedoras y libros de no ficción sobre la experiencia humana. Katie disfruta especialmente leyendo y escribiendo sobre todo lo relacionado con la televisión, bueno y malo.

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